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No sé qué piensa la
persona promedio cuando le dicen “Noruega”.
Gente rubia, PIB gigante, petróleo, Black Metal, cerveza a $7500 el vaso (…y
eso es barato), etc. Al menos una de las cosas de las que más se enorgullecen y
más les gusta pensar como sinónimo de Noruega es su naturaleza. Onda, de verdad
les gusta la weá. No como un paseo de
día domingo o “¿Oye vamos la próxima
semana a la nieve?”. No, los tipos si no se inyectan esencia de pino con
aroma a alce una vez a la semana colapsan.
A tres minutos de la
ciudad más grande de Noruega hay un lago de 3,83 km², éste suministra agua
potable para Oslo y está prohibido el baño. Lo único que impide que la gente se
meta al lago es un alambre miserable y un cartel de “no se bañe por favor” (sí, dice por favor), y no lo hacen. A su alrededor hay un sendero
no-muy-bueno para que la gente lo camine y es panorama bastante común que
durante las tardes vengan a caminar por acá, solos. Porque sí. Hasta ahí todo
normal, pero en invierno con “menos
muchos grados celsius” también. Y cuando no van al lago Maridaslvannet,
tienen otras cosas más vikingas que hacer.
Según la Wikipedia hytte no tiene una traducción directa a
inglés o español, pero es básicamente una cabaña construida en el medio de la
puta nada. La única manera de llegar a la hytte
es luego de un camino a pie de ojalá mucho. Si es más de dos horas por un
sendero inexistente, subiendo un fiordo y con mucho olor a pino, mejor. Si no
hay ninguna pisada humana y nadie ha caminado por ahí en semanas o meses,
mejor. Llegas y el máximo lujo que hay es electricidad, y ojalá haya. No hay
agua corriente así que debes beber la que te llega de algún lago/fiordo
cercano, usar agua-lluvia o agua-nieve, según tu preferencia. Claramente no hay
alcantarillado, así que tus cosas las debes hacer en un cubículo a pocos metros
de la hytte o, derechamente ir al
bosque que tienes al lado y ser uno con la naturaleza.
La función de la hytte es que sirva de campamento para el
pasatiempo preferido de los noruegos: caminar en el bosque. O simplemente
puedas quedarte ahí, prender la chimenea, comer alimentos no perecibles,
disfrutar estar solo y aburrirte como ostra. Esa es la definición de felicidad
para los vikingos. Tú podrás pensar “ya, si igual debe ser rico tener una cabaña
a la chucha para el fin de semana”. Pero ojo ahí. Manejar 120 km, caminar
15 más. Tú eres el único ser vivo con pulgares oponibles en cientos de metros a
la redonda (y si hubiere otro, da igual…porque no le hablarás). Luego está la
mantención, aunque sea un cuadrado de madera y una chimenea, las hytte a los noruegos le cuestan millones
de coronas mantener (1.000.000 NOK son aprox. $93.000.000 CLP) y ellos están
plenamente dispuestos a pagar eso por su cabañita en medio de la nada. Ya, mis
abuelos chilenos tienen una casa en la playa, pero estaba en la periferia de un
pueblo, habían servicios básicos y era asequible caminando. Estos tipos llevan
el concepto a extremos…bueno, extremos.
¿Ir en invierno a la hytte, que justo comience una ventisca y
debas quedarte días atrapado? Les apasiona esa idea.
Eso sí…el paisaje es
bonito.
________________________Igual los noruegos aceptan el inglés "cabin" como traducción de hytte. Y por si quiere conocer el mundo de las hytter de un modo más cómico que mi post, sírvase ver este video hecho por los mismos tipos de "What does the fox say?".
Saludos al ciervo que vi el otro día.
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