Y como yo sí creo que las polillas son la cumbia, de ellas hablaré en esta ocasión.
¿En serio comparan esa porquería de Butterfree con esto?
Mariposas y polillas forman el orden Lepidoptera, que a su vez pertenecen a la clase Insecta. De todas las especies de seres vivos alrededor del 10% son lepidópteros, y de ese número el 80% son polillas, alrededor de 160.000 especies. Para ponerlo en perspectiva, hay 30 especies de polilla por cada especie de mamífero. Por eso, si bien no es complicado hablar de mariposas como grupo taxonómico, con las polillas se sigue la lógica de "si no es mosca, mariposa ni libélula y no aprende Mega Horn, debe ser polilla". Las antenas de las mariposas suelen ser dos filamentos miserables mientras las de las polillas tienen barbas y estructuras sensoriales más complejas para orientarse y comunicarse. Importante destacar que la gigantesca mayoría de las polillas son de hábitos nocturnos o atardecer, así que tener fotoreceptores (alias: "ojos") para ver en HD no es una habilidad que necesiten tanto como sus amigas diurnas.
Hablando de nocturnas, este comportamiento también hace que las polillas no tengan que invertir tanto en aparatosos diseños en sus alas. Mientras las mariposas van por la vida diciendo "ven y fóllame" con dos pancartas gigantes en la espalda, las polillas optan por tonos más sobrios (como café y gris), camuflarse con el medio e ir oyendo post-rock. Cuando sí son de colores llamativos, las polillas cargan un signo de "PELIGRO" en la espalda porque son venenosas.
Siguiendo con el tema sensorial, las polillas tienden a ser más gordas y tener pelaje y barbas en su cuerpo para guiarse mejor, a diferencia de las mariposas que son full "debo reflejar toda la luz posible para que me vean". Weonas desagradables.
Esos ojos super absorbentes hacen que las polillas sean tan tontas cerca de la luz. Incluso en una noche sin Luna, el brillo de las estrellas es captado por ellas y les permite orientarse. Sin embargo, cuando prendes una luz su brújula interna se descompone y en el proceso de volver a hallar su norte, vuelan erráticamente, a veces incluso hacia la fuente de luz, calcinándose en el proceso. Estudios en Escandinavia apuntan a que incluso la Luna es demasiado brillante para ellas, y las polillas son más activas en lunas menguantes, crecientes y por supuesto, luna nueva. Mientras gatos, gansos y delfines usan la luna como luz nocturna, las polillas son tan góticas que ni con luna salen. Ellas quieren total oscuridad.
Los lepidópteros aparecieron junto a las plantas con flor hace unos 130 millones de años, y han funcionado igual todo este tiempo: ser oruga y comer como si no hubiese un mañana, entrar en un estado de capullo, metamorfosis, salir del capullo, volar, polinizar, morir. Es su estado larvario de ser traga-traga el que nos complica. En varios cultivos las orugas de polilla se consideran plaga, si bien una vez que llegan a adulto no molestan para nada. Sin embargo, el gusano de la seda es una larva de polilla y responsable por más de 130 millones de kilos de seda al año, así que tan malas no son.
Si bien los libros de Ciencias Naturales suelen poner abejas y mariposas en la parte de polinización y alimentación de néctar, lo cierto es que las polillas son el mayor aporte en términos numéricos. Y cuando no están polinizando el planeta, están haciendo seda. O siendo la base de la red trófica para miles de especies de lagartos, pájaros, mamíferos, arañas y libélulas que depredan en polillas.
Así que la próxima vez que se te meta una polilla por la ventana y vuele cerca de la ampolleta de tu pieza, apaga la luz, toma un vaso (o con la misma mano) y sácala. Las polillas son tus amigas, quiérelas. ¿O sólo porque no son abrazables como un panda es que las vas a odiar? Ahí se te cayó el veganismo hippie, maldito especista.
Saludos a Koga, él sí manejaba bien sus polillas.
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