Advertencia: Lo siguiente que se está a punto de leer no corresponde a una crítica filmográfica. Es más que nada un desahogo verborreico (como una vez pasada [en que debo reconocer que me sentí aliviado luego de hacerla, hehe]) que mezcla sarcasmos, argumentos a medio desarrollar y lo de siempre: yo escribiendo acá.
Entrando en materia y, aprovechando que ya no es Septiembre (porque como alguna vez habré dicho y se que ustedes lo olvidaron así que lo diré de nuevo: odio hablar de épocas del año cuando estamos en esa época [ej: Navidad en Diciembre] porque siento que contribuyo al "ambiente"), hablaremos de una de las cosas de nuestro lindo país a la que soy más reticente. Y no, no es al gobierno. Bueno, también, pero otra. Y la historia versa básicamente así:
Como todo buen desconectado de la actualidad artística, de que Justin Bieber viene a Chile, que la Javiera Mena actuó en España, que Kiltro se pasmó como una de las pioneras cintas de "acción" Made In Shile, etc ni me entero del 99,9% de las películas que llegan a los cines chilenos (salvo Twilight, Harry Potter y Avatar que eran IMPOSIBLES no enterarse). Es ahí cuando el bombardeo icónico-visual-norecuerdolaotra de la publicidad del Metro de Santiasco terminó por convencerme de que la película Qué Pena Tu Vida (y su secuela ahora en cartelera: Qué Pena Tu Boda) ó tenía que ser buena, ó tiene un publicista muy bueno. Y toda película chilena que, se note que no habla ni de Pinochet ni la dictadura, merece mi atención. No, no tengo nada en contra de la temática "recordemos a través del arte uno de los períodos más cruentos de nuestra historia porque no la podemos olvidar *inserte dramatismo acá*", pero joder...tú director recién egresado: ¿Realmente crees que podrás cautivar al público del mismo modo que lo hizo Machuca? Si piensas que no, entonces desecha tu guión, porque en ese caso te compararán (para mal) con la cinta del 2004. Lo mismo le pasará a cualquier gringo que intente hacer algo con Omaha Beach (o cualquier película bélica la verdad) en que el fantasma del Soldado Ryan aparecerá en el inconciente del espectador. Me fui por las ramas. Luego de Promedio Rojo y Chile Puede, tenía que darle la oportunidad a este cine no-setentaytres. Taringa hizo todo el trabajo sucio, y pronto tuve una versión de 700 Mbs de la aclamada película de ya no recuerdo el nombre del director (sé que el mismo de Promedio Rojo).
[Alerta de Spoiler] Básicamente nos adentramos en la vida de un veinteañero que comparte mi mismo nombre (...mierda), el cual no ha tenido gran éxito con el sexo opuesto, es un director de una importante compañía publicitaria, tiene un departamento para él solito en el barrio alto de la capital chilena y, todas esas cosas cool que hace que la gente veinteañera sea cool. Va a fiestas cool, tiene un auto para el solito. Tiene cuenta en Twitter, Facebook, Tumblr, Google+, YouTube y probablemente hasta en PornoChile. La imagen que puse al ladito no es mera coincidencia, me costó no pensar en Javier como un "Efrén con conexión banda ancha y menos sexo en su kilometraje". Chico conoce chica. Chico se enamora. Chica no está convencida. Historia cursi a lo novela gringa (en que probablemente actúa Zooey Deschanel como chica naif, ingenua y tierna, casi con mentalidad infatil), muchas cosas tiernas, fotos, risas, abrazos, poco sexo...más sentimiento y demás. Chica se convence. Relación seria. La magia se acaba. Javier resulta ser un idiota egocéntrico que no se preocupa de su novia. Chica termina. Chico devastado. Sí, hasta ahora es la misma tontera que Juventud en Extásis. El vórtice para mi tocayo no se acaba. Pierde el trabajo, por su ira pierde otra oportunidad laboral. Pierde la casa, se mete con malas juntas, un gag raro por acá, un chiste sexual por allá. La amiga de Javier comienza a hartarse de que sea tan...pelotudo.
...La amiga. Creo que necesita algo más de explicación esta tipa, especialmente porque (nuevamente) se parece mucho a su versión juventudenextasiana. La amiga, que lo conoce desde épocas colegiales, siempre estuvo allí para ser su cable a tierra, aconsejarle qué hacer y qué no decir, etc. para evitar que la actitud de "soy un director en una importante compañía publicitaria, tengo auto y departamento" de mierda se le suba a la cabeza al protagonista. Cuando el vórtice comienza, ella está ahí para aconsejarlo y pedirle/rogarle/refregarle que aterrice, que la vida continúa, etc. El tipo no logra captar las sutilezas de la amiga y finalmente la relación de ellos se rompe cuando la actitud *inserte acá la actitud ya descrita* de Javier termina por agotar la paciencia de hasta su mejor amiga. Momento de redención a lo Efrén en Juventud en Extásis. Llanto, desolación, tocar fondo, música a cargo de no se qué banda sonora, etc. Le va a pedir perdón a la chica por haber sido un idiota con ella, la chica se pone a llorar, abrazos. Él se va. Le pide perdón a su amiga por haber sido un tarado. Ella acepta las disculpas. Javier se da cuenta de que durante todo este tiempo tuvo a su amada siempre al lado suyo: su amiga. Y ahí es cuando (por fin) aparecen los créditos, yo voy al baño a vaciar la vejiga y elimino Qué Pena Tu Vida de mi computador.
...Ñeh, ahora me doy cuenta de que es la misma tontera que Juventud en Extásis, salvo que no viene el sermón medieval de enfermedades venéreas, sexo prematrimonial, religión y monogamia. El problema con esta película no es sólo que no me hayase gustado, que me apestó y que ya he gastado hartos bytes peleando con ciertos personajes que no hace mucho conozco (¿Yo discutiendo con alguien apenas nos decimos los nombres? Sí, es inusual...lo sé), es que ya hay gente que la enaltece como una de las mejores producciones fílmicas de Chile. La cinta es vaga. No hay desarrollo de personajes pero éstos interactúan como si nada y, luego de cagarle la vida al protagonista, aparecen 20 minutos después en el clásico "Qué chico el mundo". Entiendo que no se pierda tiempo en explicar los traumas de la niñez de cada tipo en pantalla porque la película es de comedia. Entonces de qué va todo el rollo pseudo-moralista de que al egocéntrico la suerte le da la espalda durante el 70% de la película. Eso no da risa. Y la guinda de la torta: la amiga es la amiga, la que estuvo ahí siempre para ayudarlo a volver a tierra, la que tenía su propia vida y no giraba en torno al protagonista...¿Entonces cómo es que terminó en una cursi escena dándole un beso al egocéntrico sobre un puente? Final apurado que finalizó la misión de matar la película (casi como el final de Amélie que se encargó de arruinar los notables 115 minutos anteriores). Porque si quieres hacer algo bien, no lo hagas apurado. Es la lección que las tragicomedias de la vida real en este país nos han enseñado. Porque si el tipo es un director de una importante empresa publicitaria y se gastó 12 millones de pesos en dos días, tiene un auto de colección, un departamento en el barrio alto, un evidente problema de temperamento...por qué no fue al sicólogo, por qué no maquinó algo burocrático para no perderlo todo, por qué no fue un imbécil si, para tener el cargo que tenía, no lo era. O quizá sí era un imbécil y por eso pasó todo lo que le pasó. ¿Entonces era necesario alargar una historia más de una hora para dar la moraleja "Si piensas demasiado en ti mismo, el resto del universo te hará mierda"? Más que nada la misma tontera que Juventud en Extásis: ¿Era necesario alargar el libro hasta el absurdo y una trama irrealmente idiota para decir "por algo tenemos sentimientos, la vida no es sólo sexo"?
No sé, quizá sencillamente no tengo la visión de mundo (y la volá rara) de la película. O mi hipster interior me prohíbe gustarme películas de moda. A la mierda, castigaré mis neuronas y veré Koyaanisqatsi (de nuevo).
Saludos a Arnold, Gerald, Helga, Harold, Eugene, Rhonda, Phoebe, Lyla, el Hombre Paloma, el Chico del Pórtico, el Sr. Simmons, el Vendedor de Helados, Ernie, el Sr. Huynh, Mantecado y los muchos personajes de esa mítica serie gringa que este mes cumplió quince años.
"Si sigues necesitándome cuando crezcas, yo siempre...puedo hacer lo que sea. Incluso salvar el mundo"
domingo, 16 de octubre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
En un lugar de La Mancha, cuyo nombre no me acuerdo...
[ Antes de leer la entrada, favor ver este video ].
Era un día tranquilo. Yo, como nunca, en Quillota, disfrutando no hacer nada. Pesco la revista del cable, me aterro. Una gota de sudor fría recorre mi piel, los vellos de mis brazos se erizan. Mis axones secretan adrenalina, preparándome para enfrentar cualquier imprevisto que se aproximara. La sangre comienza a recorrer mis extremidades, listo para correr, golpear, descuartizar. Oxígeno entró a mis entrañas, se fue a los pulmones, intercambio gaseoso. A las cuerdas bucales. Hago otra inspiración. Abro la boca, suelto un muy honesto "¡¡¡POR LA RECHUCHA!!!". Mi madre se acerca a mí preguntando a qué se debe mi reacción que al parecer, vino de la nada. Le comento enfurecido la noticia. VTR estrenará un nuevo CineMAX con todas sus películas dobladas, lo mismo hará en TNT, Cinecanal y otro canal que no recuerdo. HBO aun da la pelea (¡¡¡Bien!!!). Para aquellos puritanos que aun deseamos ver las cosas en su idioma original y subtítulos en español, está la posibilidad de cambiar de canal en el mismo canal (¿?) con el D-Box digital y...no se qué cosa. En mi casa no está ese aparato, así que estoy en problemas. En mi estancia en la V región me tocó una tragedia, dentro de este mismo tema. En el FX estaban dando Bones total y absolutamente doblado. En qué nos hemos convertido como sociedad. Quijote, todo esto es tu culpa.
Las estadísticas nos abalan. Somos el 2º idioma con más hablantes nativos (Adivinarán quién nos gana) y, si bien el Mandarín y el Inglés nos tri y duplican (respectivamente) el número de hablantes, tenemos aun así una no menospreciable cantidad de 500 millones de personas en el mundo que saben nuestro idiomita romance. Es entonces cuando piensas que la industria en Español es pues, rentable. Y gracias por traducir muchas cosas, hay varios temas en que sencillamente muero si no lo explican en español o, sencillamente, da flojera leer con exceso de concentración un denso texto en inglés (ahora, si me toca uno en alemán o polaco...muero). Pero hay cosas que muy cómodamente se pueden hacer en inglés. Digo, en cualquier videojuego, todos sabemos qué es ok, yes, no, y otros monosílabos. El resto puedes perfectamente prescindir, depender de las reacciones del propio juego o, si de verdad te interesa saber qué está pasando (o saber todos los acertijos y demás) poner atención. Así que desde ya expreso mi rechazo a las traducciones de los juegos de Pokémon. Juegos en que hablan directamente, es algo más complejo. Vean este ejemplo, basta con los primeros segundos. Ó caes en un spanglish de mierda, ó en forzar expresiones propias del idioma original, ó en perder la emoción. Siguiendo el ejemplo del video, en el juego original en inglés, el tipo de la llamada telefónica suena sarcásticamente feliz diciéndole "entrégate" al tipo del BMW (...tú), ¿Sienten algo de eso en la versión en español? [Por si se quiere comparar]. A eso sumemosle algo a lo que personalmente soy incompatible: el acento español. La S, C y Z deben pronunciarse igual, eso no se transa.
Hay algo en mí que se niega a creer que realmente esta sea la misma cinta. Pero lo es, ya con esa traducción del título que ni por siacaso me dan ganas de ver la película doblada. Y allí es cuando ataca: el mal doblaje. Hay demasiadas maneras de hacer un mal doblaje. Usar las palabras incorrectas para "suavizar", el original tiene expresiones locales que no se pueden forzar manteniendo su integridad, o en el proceso de doblaje se pierde la emoción que le pone el actor original. Quién sabe, tantas cosas. Cuando vi Bones en español el bueno de la serie no sonaba como el Héroe Americano que intenta representarse en la versión original, era sólo...el tipo bueno de la serie.
Quizá sólo The Simpsons y quizá Family Guy (aunque el título en latinoamérica [Padre de Familia] no sea exacto) sean fieles al original. Y quizá suene como un maldito puritano, un snob del siglo XXI, pero poner dos o tres filas de texto abajito de la pantalla, representando el guión (en el idioma del espectador) que se está desarrollando en la pantalla no interrumpe, no molesta, no corta el disfrute de la película (a menos que tu inglés sea pésimo y seas muy lento leyendo [por supuesto, asumiendo que es inglés el idioma de fondo]) y además, te permite mejorar tu dominio del idioma extranjero. Aprendí a hablar inglés jugando Star Fox y viendo Star Wars, así que jodánse los maníacos del idioma. No es un peligro para nuestra cultura hispanohablante, no mata el idioma. Ni siquiera es "más costoso o engorroso", meter subtítulos lo hace automáticamente cualquier reproductor, y ya me he encontrado con televisores que no convierten las á é í en ^*a% ilegibles. O la Ñ en ´y#. La única excusa que le puedo encontrar a consumir cosas dobladas al español...es la nostalgia. Ver las series de tu infancia, como oídas en tu infancia. Aunque debo reconocer que estoy viendo Digimon Adventures (la primera para el perdido) en japonés y, más encima con subtítulos en inglés. Dato irrelevante: en japonés Agumon le pone un tinte distinto al gritar "Agumon Warp Shiiiinkaaaa!!!!" que en latino "¡¡Agumon Warp-digivolves aaaaaaa!!", quizá el grito es más largo, quizá las I's y las A's son más alargables que las E's (de una palabra en inglés...) del español. Y, en la traducción ibérica, un caso en que se tradujo todo. Cabe decir que Shinka es evolucionar a secas, sin el prefijo "digi-". El resto, es nostalgia. Siguiendo con Digimon, algo que personalmente me molestó bastante. Y espero no sonar Otaku con esto. El Opening de Digimon en inglés (particularmente el de América, desconozco qué habrá pasado en Inglaterra) está totalmente editado, la canción original (doblada extrañamente en México y exportada a Latinoamérica en nuestra versión) desapareció, así también la música de la digievolución (la cual en latinoamérica permaneció intacta) y, como no pretendo sufrir viendo mi infancia ser mutada por los gringos, no se si también cambiaron nombres, lugares y demás. O sea, lo hicieron. Es la razón por la cual a Koushiro le decimos Izzy, a Yamato lo conocemos como Matt. Ok, suficiente pataleta. Retomando el tema inicial, ...no capto la necesidad de los gringos de editar todo. Con Pokémon hicieron algo similar, cualquier señal de japonismo podría perturbar las débiles mentes de los jóvenes estadounidenses, por lo que fueron suprimidas. Cuando creíamos que la necesidad de oír una serie gringa en español era demasiado, resulta que los gringos quieren que las series japonesas parezcan filmadas en Manhattan. ¿Por qué? ¡¡¿Por qué?!! Los subtítulos no matan, es más, salvan. Te salvan de un doblaje mal hecho, de una mala difusión del idioma. Espero que HBO no ceda ante la presión...
Saludos a Wizardmon.
Nos acercamos a la tónica: material audiovisual, preferentemente televisivo. Durante mucho, usé de ejemplo a Star Wars pero, hallé algo aun mejor:
(¡Oh! Por dios)
lunes, 15 de agosto de 2011
Feliz Cumpleaños atrasado, Último Aullido de Laika.
Temo que llegué al punto de olvidar cuando fue el aniversario del blog, se que fue la primera quincena de Agosto. Como regalo, me es habitual darle una manito de gato, editarle un poco, renovarle una que otra cosa, intentado apelar a comentarios y peticiones que por allí me hacen, sí Ivana...cambié el color. Quizá algún día cambie la foto de Laika, he visto algunas en colores, he visto algunas caricaturas. Es tiernucha la perra, como el kiltro promedio. Siempre me he preguntado si el apodo dado al perro callejero/de nula raza chileno es con K o Q. Uso la K por flojera, ...lamentable quizá que la flojera me gane.
Paso a explicarles el blog, ya es su versión 2.1 o algo así. La imagen de fondo es una de las predeterminadas de Blogger para tal fin. Abstracta, simple, un aire medio This Will Destroy You y ni se por qué, ¿Debería? Ni idea. La cabecera es una imagen que (como muchas otras) robé de CGTalk. Si alguna vez tienen la oportunidad de perder noches de insomnio en esos foros, hagánlo. Está en inglés pero es fácilmente navegable. Algunos hablan de Picasso, Dahlí, Da Vinci, Goyá, los impresionistas o cubistas cuyos nombres jamás retuve. Ñeh, yo prefiero hablar de personas envueltas en nicknames de Internet, totalmente anónimos, que en lugar de pincel y lienzo usan photoshop, CorelDraw 4.0X, photopaint y otras cosas raras. Siglo XXI, sé bienvenido. El título del Blog me parece ya haberlo explicado una vez, si no fue el caso, para el aniversario de la perrita le dediqué una entrada, no sea flojo y culturícese. La bajada, para que luego no digan que no incentivo el talento nacional, fue robada del concurso Santiago en 100 Palabras. Hace pocos minutos me enteré que tienen el libro-aniversario de sus 10 años disponible en .pdf, gracias Metro Santiago.
Por el lado derecho, bajo la fotografía de Laika, están mis super duper descargas (la lista sería gigante pero intento mantenerla modesta). Indie canadiense, post-rock norteamericano, mi disco preferido, y un brit-pop británico. He pensado más de una vez en hacer un quinteto rotatorio pero, la flojera puede más. Además tendría que elegir discos para colocar y sencillamente soy pésimo para eso. Abajo una tradicional encuesta, suelo no tener muchos votos así que, si cada 10 días o algo así pudieren pasarse por voluntad propia y hacer efectiva la democracia de la cual todos gozamos, la encuesta se los agradecerá [en realidad me cuesta a veces pensar qué boludez preguntar, denme algo de retroalimentación jeje]. Los Tags y el historial allá abajito.
La columna central (que es donde su vista se encuentra ahora) que trae semanal, mensual o a veces mes por medio. Los comentarios alimentan este tipo de proyectos, no seas un desdeñable amarrete, sí tú...a ti te hablo. A veces intento poner fotos/imágenes alusivas, algunos hipervínculos que ó llevan a canciones en YouTube, entradas anteriores o links en Wikipedia, algunos no son necesarios de leer (ver la página a donde llevan basta para captar la indirecta), otros...son canciones que mal no te haría oír.
Las temáticas, los lectores habituales sabrán que son variadas, algunas lateras, algunas musicales, otras mezclas raras de muchas cosas y nada a la vez. Como la vida misma. Para el aniversario del blog pensaba escribir una polémica y egocéntrica entrada sobre ...algo, al final decidí desistir. Me estoy poniendo viejo, ya estoy rechazando el causar polémica. Voy para las dos décadas ya, como pasa el tiempo. Hace unos días vi un capítulo de Digimon 1, como paaasa el tieeempo.
Saludos a mis muelas del juicio, que les quedan pocos días en mi boca.
Paso a explicarles el blog, ya es su versión 2.1 o algo así. La imagen de fondo es una de las predeterminadas de Blogger para tal fin. Abstracta, simple, un aire medio This Will Destroy You y ni se por qué, ¿Debería? Ni idea. La cabecera es una imagen que (como muchas otras) robé de CGTalk. Si alguna vez tienen la oportunidad de perder noches de insomnio en esos foros, hagánlo. Está en inglés pero es fácilmente navegable. Algunos hablan de Picasso, Dahlí, Da Vinci, Goyá, los impresionistas o cubistas cuyos nombres jamás retuve. Ñeh, yo prefiero hablar de personas envueltas en nicknames de Internet, totalmente anónimos, que en lugar de pincel y lienzo usan photoshop, CorelDraw 4.0X, photopaint y otras cosas raras. Siglo XXI, sé bienvenido. El título del Blog me parece ya haberlo explicado una vez, si no fue el caso, para el aniversario de la perrita le dediqué una entrada, no sea flojo y culturícese. La bajada, para que luego no digan que no incentivo el talento nacional, fue robada del concurso Santiago en 100 Palabras. Hace pocos minutos me enteré que tienen el libro-aniversario de sus 10 años disponible en .pdf, gracias Metro Santiago.
Por el lado derecho, bajo la fotografía de Laika, están mis super duper descargas (la lista sería gigante pero intento mantenerla modesta). Indie canadiense, post-rock norteamericano, mi disco preferido, y un brit-pop británico. He pensado más de una vez en hacer un quinteto rotatorio pero, la flojera puede más. Además tendría que elegir discos para colocar y sencillamente soy pésimo para eso. Abajo una tradicional encuesta, suelo no tener muchos votos así que, si cada 10 días o algo así pudieren pasarse por voluntad propia y hacer efectiva la democracia de la cual todos gozamos, la encuesta se los agradecerá [en realidad me cuesta a veces pensar qué boludez preguntar, denme algo de retroalimentación jeje]. Los Tags y el historial allá abajito.
La columna central (que es donde su vista se encuentra ahora) que trae semanal, mensual o a veces mes por medio. Los comentarios alimentan este tipo de proyectos, no seas un desdeñable amarrete, sí tú...a ti te hablo. A veces intento poner fotos/imágenes alusivas, algunos hipervínculos que ó llevan a canciones en YouTube, entradas anteriores o links en Wikipedia, algunos no son necesarios de leer (ver la página a donde llevan basta para captar la indirecta), otros...son canciones que mal no te haría oír.
Las temáticas, los lectores habituales sabrán que son variadas, algunas lateras, algunas musicales, otras mezclas raras de muchas cosas y nada a la vez. Como la vida misma. Para el aniversario del blog pensaba escribir una polémica y egocéntrica entrada sobre ...algo, al final decidí desistir. Me estoy poniendo viejo, ya estoy rechazando el causar polémica. Voy para las dos décadas ya, como pasa el tiempo. Hace unos días vi un capítulo de Digimon 1, como paaasa el tieeempo.
Saludos a mis muelas del juicio, que les quedan pocos días en mi boca.
jueves, 28 de julio de 2011
El Soundtrack de la Nostalgia
Cada cierto tiempo reviso mi fotolog. No para ver nuevos posteos, no para tirar otra foto, ni para los F/F, sino por nostalgia. Eran buenos (¿?) tiempos. Está bien, no era buenos. Eran la época que precedió al Facebook, esa época en que las cámaras digitales se hicieron populares, las pocas ropas, los jeans apretados, los copiar-pegar, el arte ASCII se masificó, y muchas otras tonteras. No, no eran buenos tiempos, pero eran los tiempos en que las personas buscan su identidad, buscan encajar en un grupo y toda esa cosa bizarra de los sicólogos. ¿Les creo? No sé, me hice un fotolog que terminó siendo la versión Beta de este actual blog, así que mi adolescencia se mantiene a salvo (aunque sí debo reconocer que hay un par de posteos que preferiría no leer).
Ahora que mi cabeza funciona a un ritmo diferente que hace 5 años, pienso relativamente diferente y escucho música diferente, es algo extraño ir a las páginas que frecuentaba/frecuento y ver lo que dije, hice y explayé en ese entonces. Eran tiempos en que me gustaba Good Charlotte, ¿Qué más podrían esperar? Musicalmente, era el tiempo previo a conocer Last.FM, así que era también la era previa al post-rock maníacodepresivo. Las guitarras eran la tónica, el inglés, riffs pop-rockeros y demás. Y apareció, la canadiense.
Al igual que mucha de la música que conocí en aquel entonces, a Avril la escuché por vez primera en el Via X, cuando aun era un canal de música bueno, antes de que YouTube destruyera las cadenas de televisión, con lo que fue uno de los singles de su 2º álbum, Nobody's Home. Canción depre-instrospectiva electroacústica que sigo pensando, no está nada mal. A los pocos meses sacó el 4º single del disco, He Wasn't (que terminó siendo un intro para el tercer disco), y la noticia que en su momento fue la más importante de mi perra vida: Avril en Chile. Fue mi primer concierto, duró 1.15 hrs, repasó sus dos discos, un cover de Blur y uno de Blink 182, cerró con Complicated. Lo pasé bien, debo decirlo, y sigo pensando que sonó muy bien.
En esos tiempos, también en Via X fue cuando conocí a otra banda que fue Banda Sonora de mi musicalmente excéntrica adolescencia, Tarjeta Amarilla. No era nada que Green Day, Sum 41, Offspring o las demás bandas del género no hayasen hecho, aunque Yellowcard no sonaba a copia exactamente. Lo original fue el violín. El cantante, harto de una vida que no le traía nada, dice que se irá, que no le teme a nada, que ya no lo callarán, como un Jesus Of Suburbia menos dramático. Way Away fue la primera canción que oí de estos floridenses, y el Ares (en ese entonces, mi principal fuente de música) bajó pronto casi todo su disco Ocean Avenue, de guitarras amigables, riffs enérgicos, batería potente...y aquel violín. Sacaron poco después Lights And Sounds y, al igual que la canadiense el año anterior, Yellowcard anunció su primera visita a Chile el 2006. Luego, irónicamente viendo el canal de la música comercial MTV, conocí Sigur Rós, apareció Last.FM y el punk-pop y el pop-rock de Avril, Yellowcard y las demases bandas fueron lenta y progresivamente desplazados por el post-rock de los islandeses y la oleada británica de Oasis o Placebo. Avril sacó The Best Damn Thing con aquel primer single que sencillamente fue una patada en mis oídos, Yellowcard se separó poco después de su siguiente disco (Paper Walls) y "accidentes en el computador" que forzaron formateos, mal le hicieron a la música que oí en mi musicalmente excéntrica adolescencia y que, en el proceso de recuperación, no fueron la prioridad.
El año pasado, vino uno de los principales íconos de "aquella época mía" en lo que aun me refiero como el Mejor Concierto de mi Perra Vida. Tres horas de Green Day, tocaron hasta los temas que nunca pensé oír, junto a los íconos American Idiot, Basket Case o Minority. Y este año, una noticia que la verdad me hizo levantar una ceja. Presentando su ya 4º disco, volvía la canadiense. En YouTube me topé con videos de ella cantando los clásicos (los mismos que oí en vivo hace 6 años) pero...no era lo mismo, quizá el rubio, quizá el contexto, quizá Girlfriend, meh...da igual. De haber estado algo más relajado monetariamente hablando quizá hubiese ido, pero venía una banda sencillamente imperdible. Yellowcard volvía a Chile y, finalmente...luego de toda la lata de arriba, entramos a la razón del entry de hoy.
No, no voy a hacer un review del concierto, sería una lata innecesaria, además me acabaría rápido de verbos porque saltar, corear, gritar y saltar más...fue todo lo que hice. Como dije allá arriba, los floridenses vinieron por vez primera a Chile en el marco de su disco Lights And Sounds, siendo junto a los trasandinos El Otro Yo (banda notable debo decir, pero estaban con su peor público) las estrellas de la primera y única edición del Festival Hit Me!. Tocaron 17 temas, siendo bastante parejos entre su Lights y el disco anterior Ocean Avenue, que los catapultó a fama mundial, platinos, videoclips y demás. Joyita de tiempos añejos fue October Nights, del disco One For The Kids (el cual jamás escuché entero). Era una Arena Movistar a un 70% de su capacidad saltando con las guitarras, la batería y el violín. Yo, extasiado, como podrán imaginar. Pasarían los años y Paper Walls se anunció, sólo sacaron un single (Light Up The Sky) y el bajista se fue, la banda cayó en un hiatus [nota: Sí se que en español es hiato, pero la expresión no cuadra en nuestra lengua] y desaparecieron. Anunciaron su When You're Through Thinking, Say Yes! este mismo año, junto a los singles Hang You Up y For You, And Your Denial. Una gira de escala mundial los sigue, confirmado Australia, Inglaterra, mucho en USA y finalmente...el fin del mundo, Perú, Chile y Argentina. Comenzó en el Teatro Teletón, nunca se vendían las entradas, yo patudamente le envío un correo a la manager de ellos, lo loco comienza cuando efectivamente ella me responde y dice "I thought they were on sale, let me check it out!". Un par de mails intermitentes entre ella y yo y finalmente me dice que se realizará en el Club Kadilac (del cual jamás había oído) a fines de julio. Una pequeña aventura en Falabella comprando las entradas porque la tipa pensaba que el concierto era en Junio y luego confundió Yellowcard con Yellowjackets, y mi voz gangosa producto de mi resfrío no ayudaba. Cuento corto la compré y la espera (laaarga) por el concierto inició. Pasó Avril por Chile, y finalmente Yellowcard por Perú dos días antes que acá. Tomé tranquilamente el Transantiago y fui hacia el Club.
El año pasado me tocó ver una emocionada pero ínfima fila de 8 personas en el concierto de Stereophonics, esta vez eramos más...quizá unos 18 o 22 entre adolescentes que no pudieron verlos la vez pasada y "adultos jóvenes" (¡Jaja!) que volvíamos por la nostalgia. En el Hit Me!, antes de los floridenses y los argentinos, venían cuatro bandas chilenas de la escena pop-rock (con "Pop" siempre delante...), Tronic, Inestable, Gufi y los que telonearon a Yellowcard esta vez: Sin Perdón. No tienen nada especial y francamente los escuché por respeto aquella vez, ahora era lo mismo, probablemente Yellowcard mismo pidió a ellos como apoyo, así que nada de qué quejarme. Llegó la hora de abrir las puertas del Club y ver que el tamaño era mucho más modesto que la Arena Movistar del 2006, pero hey...Yellowcard no toca tampoco en lugares mucho más grandes (excepción festivales, claro está). Entró Sin Perdón, como esos viejos tiempos, aun puede sonar bien. Aunque la compatibilidad musical es...baja, por decirlo educadamente, pero sí...sonaron bien los tipos. Una tradicional espera con música envasada de fondo. Me extrañó un tanto que por primera vez reconocía la mayoría de las canciones. Tristemente, la mayoría me apestaba. Paramore, Fall Out Boy, por ahí un tema de Green Day, mucho pop-punk que nunca oí. Se apagaron las luces e inició el concierto de 90 minutos. Mi primera reflexión, es una larga puteada que alegremente, me la encontré en una imagen ayer. ¡Mira qué ocurrencia! :
Es cierto que levanté mi cámara fotográfica y saqué fotos. Pero la mayoría del tiempo era una palma al aire, un puño o cuatro dedos levantados (por Five Becomes Four). Al menos yo, soy de la mentalidad que los conciertos existen para saltar, gritar, quedar afónico, extasiarte, pasar por catársis, corear al vocalista, ...si hay mucha carga emocional soltar lágrimas, botar 1 litro y medio en sudor, etc; no estar sujetando tu cámara, tu iPhone o tu celular HD. Odié que entre mí y el escenario hubiesen tres paredes de manos pubertas con cámaras grabando. Al final, te preocupa más tener bien enfocada la cámara para una buena grabación que tener la noche de tu vida. Quitando ese detalle, lo otro negativo del público era su necesidad de empujar adelante. El Club era microscópico, la banda se veía desde cualquier lado, ¿Por qué la necesidad de matar a la gente contra las rejas? Y no, no soy avejentado. Soporté Green Day y Lollapalooza en cancha junto al pueblo. Sabes que hay un punto en que ya no puedes empujar más, entiendan eso para la próxima niños. Sería lo malo del concierto. Lo bueno, fue todo lo demás. El sonido absolutamente impecable, la voz de Ryan no se opacaba entre la batería ni la guitarra. Si te concentrabas podías hasta percibir el pulso del bajo. Sean y su violín se oían sin problema habiendo guitarra acústica ó todo el wattaje pop-rockero de los floridienses de fondo. Están más sueltos que la vez pasada, el 2006 Ryan era algo más tímido al hablar. O quizá se sentía más en confianza por la intimidad del Club, eramos no más de 250 personas, podían ver cada cara y cada mano, supongo que es su ambiente. Si hasta el inglés les salía lento y fluído, así que nervioso no estaban. El setlist, como es habitual, se sintió corto. 17 canciones en poco más de hora y media. Tocaron lo mismo que en Perú, pero en un orden distinto. Personalmente, me gustó más el de aquí, tirar todo lo electroacústico/cursi en un solo viaje, Only One, Sing For Me y Empty Apartment. Un Encore de tres temas y, al igual que la vez anterior, cierra Lights And Sounds. Una mención especial merece Ocean Avenue, la canción que no sonó tan larga la vez anterior, esta vez con un notable solo de batería entre medio y todo el "Ooooooh Oooooooh" de coro (como aquel mítico DVD Beyond Ocean Avenue). El balance, al igual que la vez pasada, fue positivo. Los temas viejos fueron gran viaje a mi adolescencia, los temas nuevos fueron la prueba de que aun saben hacer bien su trabajo. Y cómo no mencionar lo que a todos nos dejó helados en la fila para entrar, al propio baterista saliendo para firmar autografos y saludar a los chicos que habían esperado 5 años para (volver a) ver a Yellowcard. Buena gente conocí en esa fila, cabros chicos que tenían su primer concierto con Tarjeta Amarilla, adolescentes que ya se ven de una generación distinta a la mía, pero al final...la música traspasa edades. No será tan dramático como Roger Waters, Pearl Jam o Green Day, pero sigue haciéndolo.
Saludos al Felipe y los demás cabros chicos de la fila.
Ahora que mi cabeza funciona a un ritmo diferente que hace 5 años, pienso relativamente diferente y escucho música diferente, es algo extraño ir a las páginas que frecuentaba/frecuento y ver lo que dije, hice y explayé en ese entonces. Eran tiempos en que me gustaba Good Charlotte, ¿Qué más podrían esperar? Musicalmente, era el tiempo previo a conocer Last.FM, así que era también la era previa al post-rock maníacodepresivo. Las guitarras eran la tónica, el inglés, riffs pop-rockeros y demás. Y apareció, la canadiense.
Al igual que mucha de la música que conocí en aquel entonces, a Avril la escuché por vez primera en el Via X, cuando aun era un canal de música bueno, antes de que YouTube destruyera las cadenas de televisión, con lo que fue uno de los singles de su 2º álbum, Nobody's Home. Canción depre-instrospectiva electroacústica que sigo pensando, no está nada mal. A los pocos meses sacó el 4º single del disco, He Wasn't (que terminó siendo un intro para el tercer disco), y la noticia que en su momento fue la más importante de mi perra vida: Avril en Chile. Fue mi primer concierto, duró 1.15 hrs, repasó sus dos discos, un cover de Blur y uno de Blink 182, cerró con Complicated. Lo pasé bien, debo decirlo, y sigo pensando que sonó muy bien.
En esos tiempos, también en Via X fue cuando conocí a otra banda que fue Banda Sonora de mi musicalmente excéntrica adolescencia, Tarjeta Amarilla. No era nada que Green Day, Sum 41, Offspring o las demás bandas del género no hayasen hecho, aunque Yellowcard no sonaba a copia exactamente. Lo original fue el violín. El cantante, harto de una vida que no le traía nada, dice que se irá, que no le teme a nada, que ya no lo callarán, como un Jesus Of Suburbia menos dramático. Way Away fue la primera canción que oí de estos floridenses, y el Ares (en ese entonces, mi principal fuente de música) bajó pronto casi todo su disco Ocean Avenue, de guitarras amigables, riffs enérgicos, batería potente...y aquel violín. Sacaron poco después Lights And Sounds y, al igual que la canadiense el año anterior, Yellowcard anunció su primera visita a Chile el 2006. Luego, irónicamente viendo el canal de la música comercial MTV, conocí Sigur Rós, apareció Last.FM y el punk-pop y el pop-rock de Avril, Yellowcard y las demases bandas fueron lenta y progresivamente desplazados por el post-rock de los islandeses y la oleada británica de Oasis o Placebo. Avril sacó The Best Damn Thing con aquel primer single que sencillamente fue una patada en mis oídos, Yellowcard se separó poco después de su siguiente disco (Paper Walls) y "accidentes en el computador" que forzaron formateos, mal le hicieron a la música que oí en mi musicalmente excéntrica adolescencia y que, en el proceso de recuperación, no fueron la prioridad.
El año pasado, vino uno de los principales íconos de "aquella época mía" en lo que aun me refiero como el Mejor Concierto de mi Perra Vida. Tres horas de Green Day, tocaron hasta los temas que nunca pensé oír, junto a los íconos American Idiot, Basket Case o Minority. Y este año, una noticia que la verdad me hizo levantar una ceja. Presentando su ya 4º disco, volvía la canadiense. En YouTube me topé con videos de ella cantando los clásicos (los mismos que oí en vivo hace 6 años) pero...no era lo mismo, quizá el rubio, quizá el contexto, quizá Girlfriend, meh...da igual. De haber estado algo más relajado monetariamente hablando quizá hubiese ido, pero venía una banda sencillamente imperdible. Yellowcard volvía a Chile y, finalmente...luego de toda la lata de arriba, entramos a la razón del entry de hoy.
No, no voy a hacer un review del concierto, sería una lata innecesaria, además me acabaría rápido de verbos porque saltar, corear, gritar y saltar más...fue todo lo que hice. Como dije allá arriba, los floridenses vinieron por vez primera a Chile en el marco de su disco Lights And Sounds, siendo junto a los trasandinos El Otro Yo (banda notable debo decir, pero estaban con su peor público) las estrellas de la primera y única edición del Festival Hit Me!. Tocaron 17 temas, siendo bastante parejos entre su Lights y el disco anterior Ocean Avenue, que los catapultó a fama mundial, platinos, videoclips y demás. Joyita de tiempos añejos fue October Nights, del disco One For The Kids (el cual jamás escuché entero). Era una Arena Movistar a un 70% de su capacidad saltando con las guitarras, la batería y el violín. Yo, extasiado, como podrán imaginar. Pasarían los años y Paper Walls se anunció, sólo sacaron un single (Light Up The Sky) y el bajista se fue, la banda cayó en un hiatus [nota: Sí se que en español es hiato, pero la expresión no cuadra en nuestra lengua] y desaparecieron. Anunciaron su When You're Through Thinking, Say Yes! este mismo año, junto a los singles Hang You Up y For You, And Your Denial. Una gira de escala mundial los sigue, confirmado Australia, Inglaterra, mucho en USA y finalmente...el fin del mundo, Perú, Chile y Argentina. Comenzó en el Teatro Teletón, nunca se vendían las entradas, yo patudamente le envío un correo a la manager de ellos, lo loco comienza cuando efectivamente ella me responde y dice "I thought they were on sale, let me check it out!". Un par de mails intermitentes entre ella y yo y finalmente me dice que se realizará en el Club Kadilac (del cual jamás había oído) a fines de julio. Una pequeña aventura en Falabella comprando las entradas porque la tipa pensaba que el concierto era en Junio y luego confundió Yellowcard con Yellowjackets, y mi voz gangosa producto de mi resfrío no ayudaba. Cuento corto la compré y la espera (laaarga) por el concierto inició. Pasó Avril por Chile, y finalmente Yellowcard por Perú dos días antes que acá. Tomé tranquilamente el Transantiago y fui hacia el Club.
El año pasado me tocó ver una emocionada pero ínfima fila de 8 personas en el concierto de Stereophonics, esta vez eramos más...quizá unos 18 o 22 entre adolescentes que no pudieron verlos la vez pasada y "adultos jóvenes" (¡Jaja!) que volvíamos por la nostalgia. En el Hit Me!, antes de los floridenses y los argentinos, venían cuatro bandas chilenas de la escena pop-rock (con "Pop" siempre delante...), Tronic, Inestable, Gufi y los que telonearon a Yellowcard esta vez: Sin Perdón. No tienen nada especial y francamente los escuché por respeto aquella vez, ahora era lo mismo, probablemente Yellowcard mismo pidió a ellos como apoyo, así que nada de qué quejarme. Llegó la hora de abrir las puertas del Club y ver que el tamaño era mucho más modesto que la Arena Movistar del 2006, pero hey...Yellowcard no toca tampoco en lugares mucho más grandes (excepción festivales, claro está). Entró Sin Perdón, como esos viejos tiempos, aun puede sonar bien. Aunque la compatibilidad musical es...baja, por decirlo educadamente, pero sí...sonaron bien los tipos. Una tradicional espera con música envasada de fondo. Me extrañó un tanto que por primera vez reconocía la mayoría de las canciones. Tristemente, la mayoría me apestaba. Paramore, Fall Out Boy, por ahí un tema de Green Day, mucho pop-punk que nunca oí. Se apagaron las luces e inició el concierto de 90 minutos. Mi primera reflexión, es una larga puteada que alegremente, me la encontré en una imagen ayer. ¡Mira qué ocurrencia! :
Es cierto que levanté mi cámara fotográfica y saqué fotos. Pero la mayoría del tiempo era una palma al aire, un puño o cuatro dedos levantados (por Five Becomes Four). Al menos yo, soy de la mentalidad que los conciertos existen para saltar, gritar, quedar afónico, extasiarte, pasar por catársis, corear al vocalista, ...si hay mucha carga emocional soltar lágrimas, botar 1 litro y medio en sudor, etc; no estar sujetando tu cámara, tu iPhone o tu celular HD. Odié que entre mí y el escenario hubiesen tres paredes de manos pubertas con cámaras grabando. Al final, te preocupa más tener bien enfocada la cámara para una buena grabación que tener la noche de tu vida. Quitando ese detalle, lo otro negativo del público era su necesidad de empujar adelante. El Club era microscópico, la banda se veía desde cualquier lado, ¿Por qué la necesidad de matar a la gente contra las rejas? Y no, no soy avejentado. Soporté Green Day y Lollapalooza en cancha junto al pueblo. Sabes que hay un punto en que ya no puedes empujar más, entiendan eso para la próxima niños. Sería lo malo del concierto. Lo bueno, fue todo lo demás. El sonido absolutamente impecable, la voz de Ryan no se opacaba entre la batería ni la guitarra. Si te concentrabas podías hasta percibir el pulso del bajo. Sean y su violín se oían sin problema habiendo guitarra acústica ó todo el wattaje pop-rockero de los floridienses de fondo. Están más sueltos que la vez pasada, el 2006 Ryan era algo más tímido al hablar. O quizá se sentía más en confianza por la intimidad del Club, eramos no más de 250 personas, podían ver cada cara y cada mano, supongo que es su ambiente. Si hasta el inglés les salía lento y fluído, así que nervioso no estaban. El setlist, como es habitual, se sintió corto. 17 canciones en poco más de hora y media. Tocaron lo mismo que en Perú, pero en un orden distinto. Personalmente, me gustó más el de aquí, tirar todo lo electroacústico/cursi en un solo viaje, Only One, Sing For Me y Empty Apartment. Un Encore de tres temas y, al igual que la vez anterior, cierra Lights And Sounds. Una mención especial merece Ocean Avenue, la canción que no sonó tan larga la vez anterior, esta vez con un notable solo de batería entre medio y todo el "Ooooooh Oooooooh" de coro (como aquel mítico DVD Beyond Ocean Avenue). El balance, al igual que la vez pasada, fue positivo. Los temas viejos fueron gran viaje a mi adolescencia, los temas nuevos fueron la prueba de que aun saben hacer bien su trabajo. Y cómo no mencionar lo que a todos nos dejó helados en la fila para entrar, al propio baterista saliendo para firmar autografos y saludar a los chicos que habían esperado 5 años para (volver a) ver a Yellowcard. Buena gente conocí en esa fila, cabros chicos que tenían su primer concierto con Tarjeta Amarilla, adolescentes que ya se ven de una generación distinta a la mía, pero al final...la música traspasa edades. No será tan dramático como Roger Waters, Pearl Jam o Green Day, pero sigue haciéndolo.
Saludos al Felipe y los demás cabros chicos de la fila.
domingo, 26 de junio de 2011
Los muros se hacen más pequeños.
Pre-emergencia ambiental. Dicen que cuando uno no tiene algo, se da cuenta de lo importante que es. Internet, mis manos, mis pies, la Avenida Sta Rosa y mis ojos, entre muchos otros...sé qué tan importantes son para mí y mi existencia y no los he perdido. Y claro, ni por siacaso lo quiero. Pero hay algo que siempre dí por sentado para mi homeostasis: Oxígeno. Pre-emergencia ambiental. Estaba marchando por las injusticias de la educación chilena, cuando noté que mi respiración se aceleraba. No tenía la nariz sepultada en mocos, no estaba a 4000 mts de altura, no había corrido maratón y media. Era que no había oxígeno en el aire. Dramática afirmación, quizá exagerada, pero entiendan mi contexto. Vengo de una provincia donde tienes cerritos en un lado y un pasillo directo al mar por otro, la nula contaminación atmosférica (gracias Termoeléctrica) se va al mar directamente. No fumo. Mis pulmones están relativamente intactos. La cantidad de gas que entra a mi cuerpo entonces ha sido siempre continua y me acostumbré a ella, así que cuando gracias a la pre-emergencia ambiental el material particulado capitalino estaba tan elevado y el oxígeno realmente escaseaba, pues pasó lo que me pasó. No me desmayé, no sangré, no terminé en la posta, pero era sensación de que me faltaba aire. Por fortuna mis responsabilidades para con los perros de la Facultad (y...almorzar) me llevaron a La Pintana, donde reviví.
La historia versa así. Venía la música a Argentina, no pasarían por Chile. Contactos, equivalencias monetarias, convencer familia y conocidos. Fue complejo y francamente estaba perdiendo la batalla. Tragedia. Irónico, fue también una buena noticia. La música llegaba a su fin. Pelea con la disquera, se separó la banda. Hace unos pocos meses sacaron un último tema, Ghost Hands. Con tres discos, muchos B-Sides y este single suelto, darían giras por Inglaterra y Japón. Nunca vi la música en vivo, quizá junto a Muse y Sigur Rós, la banda que en menor tiempo me enamoró, esta es su historia. (Sí, hacía tiempo que no hablaba dramáticamente)
Se formaron a principios de siglo, sacaron un EP con un tema con muchos "Fuck's" pero, da igual. Take The Long Road And Walk It fue el primer tema conocido de The Music, escoceses liderados por la extraña voz de Rob Harvey. Quizá no extraña, y personalmente le sentí un parecido a Rush (fue casualidad oírlos...), pero no es la voz que UK te suele exportar. Tan bien le fue a Take The Long Road que la promesa de un primer disco se cumplió en poco tiempo. Disco homónimo sacó The Music y, el disco que en tierras vikingas casi me compro (pero cierto personaje blackmetalero se interpuso), y del cual uno o dos temas recogí en mis andanzas por internet. Debió haber sido una de los primeras canciones que le oí a The Music, Getaway. En mi temprano conocimiento de la banda, un par de cosas quedaron claras. Notables los sonidos electrónicos de fondo, notable los riffs de guitarra, furiosos a ratos, totalmente inexistentes en otros. Y finalmente, notable la voz. Es una voz casi asonante con el resto, demasiado aguda para estar realmente acorde a una canción grave. Aun así, eso justamente las une. La canción, le habla a un alguien que está en un lugar mejor, "¿Cómo son las cosas allá arriba? ¿Cómo se siente allá arriba? Todos queremos saber. " Una vez pronunciados los versos, se va en un grito que no sabemos si va de acá hacia allá o es la respuesta que viene desde allá. Y lo repite, y lo repite.
El segundo tema, vendría de manos de su 2º disco, Bienvenidos al Norte. Breakin' es a su vez, quizá el tema más conocido de ellos, si es que se acepta el término "conocido". Un pulso de batería constante, la aguda voz, y un "oh oh oh oh oh oh oh!" durante toda la canción. Nuevamente, recalcar la voz. Y si en Getaway la guitarra es coprotagonista, la batería en este tema demostró que también tiene ese potencial casi etéreo, un rock psicodélico que no lo es siéndolo. "No me puedo sentar, no me puedo parar. Si lo hago me voy a desmoronar. No puedo entrar, no puedo salir. ¡Si lo hago me voy a desmoronar!".
Cometí un gran acierto al meterme a GoEar a buscar temas de ellos. Hallé otro del homónimo del 2002. ¿Qué puedo decir? Mucho Sigur Rós me jacto de escuchar, con las voladas de Jónsi y las baterías demenciales de Orrí; pero no estaban mis oídos preparados para el tema en cuestión. "Humano, humaaaano. Puedo oír el silencio de lo que solíamos ser. Puedo ver los signos, de lo que queremos ser. Humaaaano. Humaaaaano, yeaaaah!". Aquí la voz de Rob me envió a un viaje (...de ida) del que sencillamente no pude regresar. Tuve que detener lo que estaba haciendo (matando ingleses en Age Of Empires usando...los celtas escoceses, loco ¿no?) y presionar Replay unas dos o tres veces. Todo es un falso crescendo que culmina en lo que parece la única estrofa, luego una segunda entrega de versos y...la recta final. el "Yeaaaaaaaah!" que llega a la ionósfera y se queda allá en lo alto. El tema quizá baje la intensidad, el viaje no lo hace. Fue entonces cuando no pude estar más de acuerdo con un comentario que vi en Last.FM: "This IS THE Music!".
Descargué al fin el primer disco de The Music y conocí los temas que acompañan a Human y Getaway. Destacables Float y su riff loco al final, Take The Long Road (que no se qué tan distinto sea al EP original que sacaron) que casi me producen ganas de bailar, The Dance que abre notablemente el album, y Too High que lo cierra. Wikipedia me dijo que tenían un DVD en vivo de la gira del disco, y dado el nombre de la banda...imaginarán qué tan fácil se me hizo encontrarlo. Nada fácil. Un rip sacado de Taringa! y le di a Play. Mezclas entre temas y entrevistas a los músicos, me dí cuenta del acento potente que tienen y lo mucho que me costaría entenderles si es que me hablaran. Hacia ya el final de la captura en vivo, en que ya me dejaron bien arriba con Dance, People, Getaway o Too High, una pequeña conversación de los músicos. Recuerdo claro a Rob diciendo "...Si quieres algo, sólo ve allá y tómalo", mientras a lo lejos se escuchan los primeros acordes de lo que sería la última canción del concierto. Una instrumental que en ese momento no sabía de su existencia, ...quizá por eso la disfruté aun más. Los muros se hacen más pequeños comienza con el estracto de la entrevista antes mencionada, y a eso del minuto 1.20, los muros se hacen más pequeños. Quizá porque no tienes espacio para saltar, quizá porque el viaje termina apretando, quién sabe. La leyenda urbana cuenta que con marihuana en el organismo este tema resulta monstruoso. Ni idea, ya el riff me deja volando suficiente.
Me bajé los segundo y tercer disco, y se sienten los cambios. Welcome To The North es menos castigador (por decirlo de alguna manera) con riffs excéntricos, la voz de Rob no puede sonar normal, pero la música curiosamente sí es un tanto más. Freedom Fighters, Cessation, Open Your Mind. La firma The Music© está, quizá en la guitarra asonante o en el aire etéreo que crean la música y Rob. The Walls Get Smaller está como Hidden Track luego de Open Your Mind, ¡Gracias por eso! [Tenía que explicarse de alguna manera que el archivo durara como 12 minutos]. ...Y el tercer disco nunca terminé de digerirlo. O quizá Human y Getaway sencillamente son lo que más terminé amando de estos escoceses. Su página oficial resulta ser un agrio adiós, para una de las tantas bandas que no vi en vivo. Ó si alguien quiere pagarme un concierto en Leeds a principios de Agosto, es más que agradecido.
Saludos a Alex Kapranos, el otro escocés que suena fuerte en mis playlist. Y vaya, echaba de menos un post musical.
La historia versa así. Venía la música a Argentina, no pasarían por Chile. Contactos, equivalencias monetarias, convencer familia y conocidos. Fue complejo y francamente estaba perdiendo la batalla. Tragedia. Irónico, fue también una buena noticia. La música llegaba a su fin. Pelea con la disquera, se separó la banda. Hace unos pocos meses sacaron un último tema, Ghost Hands. Con tres discos, muchos B-Sides y este single suelto, darían giras por Inglaterra y Japón. Nunca vi la música en vivo, quizá junto a Muse y Sigur Rós, la banda que en menor tiempo me enamoró, esta es su historia. (Sí, hacía tiempo que no hablaba dramáticamente)
Se formaron a principios de siglo, sacaron un EP con un tema con muchos "Fuck's" pero, da igual. Take The Long Road And Walk It fue el primer tema conocido de The Music, escoceses liderados por la extraña voz de Rob Harvey. Quizá no extraña, y personalmente le sentí un parecido a Rush (fue casualidad oírlos...), pero no es la voz que UK te suele exportar. Tan bien le fue a Take The Long Road que la promesa de un primer disco se cumplió en poco tiempo. Disco homónimo sacó The Music y, el disco que en tierras vikingas casi me compro (pero cierto personaje blackmetalero se interpuso), y del cual uno o dos temas recogí en mis andanzas por internet. Debió haber sido una de los primeras canciones que le oí a The Music, Getaway. En mi temprano conocimiento de la banda, un par de cosas quedaron claras. Notables los sonidos electrónicos de fondo, notable los riffs de guitarra, furiosos a ratos, totalmente inexistentes en otros. Y finalmente, notable la voz. Es una voz casi asonante con el resto, demasiado aguda para estar realmente acorde a una canción grave. Aun así, eso justamente las une. La canción, le habla a un alguien que está en un lugar mejor, "¿Cómo son las cosas allá arriba? ¿Cómo se siente allá arriba? Todos queremos saber. " Una vez pronunciados los versos, se va en un grito que no sabemos si va de acá hacia allá o es la respuesta que viene desde allá. Y lo repite, y lo repite.
El segundo tema, vendría de manos de su 2º disco, Bienvenidos al Norte. Breakin' es a su vez, quizá el tema más conocido de ellos, si es que se acepta el término "conocido". Un pulso de batería constante, la aguda voz, y un "oh oh oh oh oh oh oh!" durante toda la canción. Nuevamente, recalcar la voz. Y si en Getaway la guitarra es coprotagonista, la batería en este tema demostró que también tiene ese potencial casi etéreo, un rock psicodélico que no lo es siéndolo. "No me puedo sentar, no me puedo parar. Si lo hago me voy a desmoronar. No puedo entrar, no puedo salir. ¡Si lo hago me voy a desmoronar!".
Cometí un gran acierto al meterme a GoEar a buscar temas de ellos. Hallé otro del homónimo del 2002. ¿Qué puedo decir? Mucho Sigur Rós me jacto de escuchar, con las voladas de Jónsi y las baterías demenciales de Orrí; pero no estaban mis oídos preparados para el tema en cuestión. "Humano, humaaaano. Puedo oír el silencio de lo que solíamos ser. Puedo ver los signos, de lo que queremos ser. Humaaaano. Humaaaaano, yeaaaah!". Aquí la voz de Rob me envió a un viaje (...de ida) del que sencillamente no pude regresar. Tuve que detener lo que estaba haciendo (matando ingleses en Age Of Empires usando...los celtas escoceses, loco ¿no?) y presionar Replay unas dos o tres veces. Todo es un falso crescendo que culmina en lo que parece la única estrofa, luego una segunda entrega de versos y...la recta final. el "Yeaaaaaaaah!" que llega a la ionósfera y se queda allá en lo alto. El tema quizá baje la intensidad, el viaje no lo hace. Fue entonces cuando no pude estar más de acuerdo con un comentario que vi en Last.FM: "This IS THE Music!".
Descargué al fin el primer disco de The Music y conocí los temas que acompañan a Human y Getaway. Destacables Float y su riff loco al final, Take The Long Road (que no se qué tan distinto sea al EP original que sacaron) que casi me producen ganas de bailar, The Dance que abre notablemente el album, y Too High que lo cierra. Wikipedia me dijo que tenían un DVD en vivo de la gira del disco, y dado el nombre de la banda...imaginarán qué tan fácil se me hizo encontrarlo. Nada fácil. Un rip sacado de Taringa! y le di a Play. Mezclas entre temas y entrevistas a los músicos, me dí cuenta del acento potente que tienen y lo mucho que me costaría entenderles si es que me hablaran. Hacia ya el final de la captura en vivo, en que ya me dejaron bien arriba con Dance, People, Getaway o Too High, una pequeña conversación de los músicos. Recuerdo claro a Rob diciendo "...Si quieres algo, sólo ve allá y tómalo", mientras a lo lejos se escuchan los primeros acordes de lo que sería la última canción del concierto. Una instrumental que en ese momento no sabía de su existencia, ...quizá por eso la disfruté aun más. Los muros se hacen más pequeños comienza con el estracto de la entrevista antes mencionada, y a eso del minuto 1.20, los muros se hacen más pequeños. Quizá porque no tienes espacio para saltar, quizá porque el viaje termina apretando, quién sabe. La leyenda urbana cuenta que con marihuana en el organismo este tema resulta monstruoso. Ni idea, ya el riff me deja volando suficiente.
Me bajé los segundo y tercer disco, y se sienten los cambios. Welcome To The North es menos castigador (por decirlo de alguna manera) con riffs excéntricos, la voz de Rob no puede sonar normal, pero la música curiosamente sí es un tanto más. Freedom Fighters, Cessation, Open Your Mind. La firma The Music© está, quizá en la guitarra asonante o en el aire etéreo que crean la música y Rob. The Walls Get Smaller está como Hidden Track luego de Open Your Mind, ¡Gracias por eso! [Tenía que explicarse de alguna manera que el archivo durara como 12 minutos]. ...Y el tercer disco nunca terminé de digerirlo. O quizá Human y Getaway sencillamente son lo que más terminé amando de estos escoceses. Su página oficial resulta ser un agrio adiós, para una de las tantas bandas que no vi en vivo. Ó si alguien quiere pagarme un concierto en Leeds a principios de Agosto, es más que agradecido.
Saludos a Alex Kapranos, el otro escocés que suena fuerte en mis playlist. Y vaya, echaba de menos un post musical.
lunes, 23 de mayo de 2011
Meh...aún soy humano. Y la historia de cómo me conmovieron en la micro en tres actos.
Amiina es bastante Sigur Rós a veces. Empiezan muy felices con tonadas como Sogg y Rugla con la que sientes esa calidez islandesa que te llena la epidermis. Luego van con Sexfaldur y te elevan al infinito las ganas de recogerte sobre ti mismo y abrazar algo que tengas cerca. Culminan con Boga, que algo hereda dl Avalon del Ágætis Byrjun o Heysatán del Takk..., un lánguido epílogo de 45 minutos de viaje invernal. Jónsi es notable profesor de música, una colaboración entre el novio de Jónsi (Alex Somers), Amiina y él sería un viaje con el que probablemente o termines llorando o totalmente sedado, o ambos. Happiness, Daniell at The Sea, Stokkseyri o Sleeping Giant, del Riceboy Sleeps (ya saben, ese disco de la pareja homosexual más melolágnica de Islandia) son un verdadero desafío de oír, de entre las variadas veces que me he tirado al piso a escuchar el CD, son pocas las veces en que logro quedarme despierto durante la hora y algo que éste dura. Poderoso sedante.
Algo tienen las calmas notas del disco que me resuenan en la mente casi todos los días en la mañana, en esa larga micro a la U. Tengo la suerte de estar a sólo una micro de distancia ida y vuelta así que, una vez que me pongo cómodo en el asiento, mirar por la ventana y pensar en la nada y el todo a la vez es casi automático.
Ese día en particular no ocurrió mucho. Reunión de EPA (el grupito que cuidamos kiltros en la facu, vea entry anterior), un bostezo en el paradero, y pasó la micro que a mi casa me llevaría. Varios asientos llenos, los vacíos estaban atrás y la flojera fue más fuerte. Como saco de papas me dejé caer sobre una de las paredes del Transfiasco, cerca de la puerta para bajarse. Mis manos olían a perro (sí, tengo la manía de acariciar a los del campus), mi ropa tenía pelos blancos, y yo entre cansado y desganado por la existencia en este universo. Una señora se subió con esfuerzo, levantó el brazo tembloroso y pagó su pasaje. Le costó pasar por el torniquete. Le echaba mínimo unos 75 años, quizá menos pero las causas parece que le pesaban, y mucho. Una bolsa que no se veía muy ligera la llevaba a su hombro, vio de reojo a través de sus borrosos lentes si había algún asiento desocupado. Ninguno. Se puso al lado mío, apoyada en la misma parte de la micro. Transantiago tiene en todos sus buses al menos dos pares de asientos para discapacitados. En el ícono dice que se le dé el asiento a embarazadas, lisiados y gente de la tercera edad. Esta señora, era de la cuarta. Y ninguna de las tipas que cómodamente tenían sus nalgas en los asientos preferenciales para discapacitados siquiera se inmutó. Los semáforos pasaban, y una de las tipas sentadas, que ni 18 habrá tenido, se la quedaba mirando. Murmuraba para sí si darle ó no el asiento, lo comentó con la mujer que tenía a su lado, quien por el efectivo monosílabo que pareció darle, ella no jodió más. Y seguían pasando semáforos, noté que la anciana tenía una joroba a lo Notre Dame en su espalda, y aún ella de pie. De la nada, una mujer en la parte trasera dice "Señora, siéntese acá". Culpar a la sordera por la edad, el ruido de la micro, no sé...pero la anciana no escuchó. Estando yo más cerca, le dije que la mujer le llamaba, ella miró hacia atrás y la vio haciendo el gesto "siéntese aquí". La inercia de la micro le impidió subir los dos escalones hacia la parte trasera, con un débil disculpe se apoyó en mi brazo y se sentó allá. La tipa que ni 18 habrá tenido se quedó mirando a la anciana, mientras las otras tres tipas continuaban encerradas en su mundo.
Escuchar Go (el disco de Jónsi) mirando hacia la ventana en un día notablemente nublado es una loca antítesis [Ya lo dije, lo sé]. Curiosamente el tema que mejor me sonó fue Grow Till Tall. Cuando la escuché la primera vez me dije "Jónsi sencillamente no soportó el no poner una canción depre en el CD", pero llegó a la parte de los gritos fumados a lo Popplagidd y mis tímpanos reaccionaron de inmediato. Eternos "Know...You Know...You", las versiones en vivo que he robado de internet son casi como un Popplagid feliz, si es que la comparación fuere posible. Grow Till Tall debería ser el tema que cierre Go, quizá para no darle un aire ( ) Jónsi puso otro tema luego.
En uno de los asientos, había un papá con su hija sentada entre sus piernas, el papá en son de broma le comenta a su retoña "No le dio el asiento porque era viejita, hubiera sido un rubio y le da más que el asiento" refiriéndose a la tipa de menos de 18. Sonreí para mis adentros.
Es normal que en Sta Rosa se suban personajes a vender productos de dudosa salubridad, o a cantar canciones de mierda con voz de mierda y karaoke de mierda. La viejita ya se había sentado y el aire se había calmado, cuando este personaje se subió. Se veía golpeado por el sol de mediodía, ofrecía chocolate Trencito a $100 y sustancias al mismo precio. Un bebé se quedó mirando la rosada sustancia rosa (que jamás he sabido qué es), como si con la hipnotizante mirada su mamá se daría cuenta y le compraría. Personalmente, también me interesé. Hace milenios no como esa diabetes envasada y la verdad me habría gustado el viaje por la nostalgia. Pero entre que no quería tener a un mocoso mirándome con cara de "Yo también quiero" y que ni $100 tenía, ...no compré. El tipo pregunta una vez más, esta vez en un disimulado tono de súplica si alguien desea. Su bolsa de paquetes de sustancias estaba casi llena, había vendido sólo una. Los chocolates Trencito se veían más optimistas, le quedaba como media caja. Mirada rápida, toca el timbre, se baja en el siguiente paradero.
Siempre me ha parecido una extraña imagen, ver al más indecente de los púbers, con ropaje de quien sabe cuánto dinero, celulares costosos, caminata egocéntrica y corte de pelo ridículo, pasar por debajo del torniquete del bus. Mientras el sujeto más destartalado, con trapos que no han visto detergente en semanas, grasa en todo el traje y polvo en lo que queda de él, pagan sus $560. Llegando ya casi al final de mi viaje, se sube una pareja de ancianos. Ella hace el "Bip!" sin problemas, a él le suena la luz roja. La micro parte con total normalidad. Él se asusta. Le suena de nuevo la alarma y la lucecita roja. Le pregunta qué hacer al conductor. Él con indiferencia le dice que nada más pase. El anciano no sabe sencillamente qué hacer. Pasar es una infracción y él no quiere hacerla. Dos triquiñuelas en el torniquete y el anciano logra pasar. Mira fijamente la entrada al bus, como si hubiese matado a alguien y el cadáver aun estuviera tirado allí. Mira a su esposa con pavor, ella ni parece importarle. Todo el mundo pasa ¿Qué más da si lo hace él? Parece, que le daba mucho. ¡Ah! Y para que decir si alguien en los asientos preferenciales se lo cedió. Presioné el timbre mientras el abuelo aun veía asustado al conductor, el torniquete y a todos los pasajeros, como si le recriminaramos eternamente el pecado inexorable y sin perdón que acabase de cometer. La puerta se abrió. Bajé. La tipa de menos de 18 aun se sentaba en el mismo lugar. La micro se alejó, crucé la calle, me dirigí hacia mi depto. La voz de Jónsi en su "Know...you know...you" resonaba en mis hemisferios cerebrales. ...Interesante descubrimiento, mi misantropía aun no alcanzaba niveles críticos. Y cómo será, que la cara del tipo vendiendo Trencito, la señora de la joroba y el anciano aterrado aun vagan entre mis neuronas una semana después.
El Playlist dice: Jónsi - Grow Till Tall [Live]. (Por tercera vez o algo así, Last.FM lleva la cuenta)
Saludos a Paulina Rubilar.
Algo tienen las calmas notas del disco que me resuenan en la mente casi todos los días en la mañana, en esa larga micro a la U. Tengo la suerte de estar a sólo una micro de distancia ida y vuelta así que, una vez que me pongo cómodo en el asiento, mirar por la ventana y pensar en la nada y el todo a la vez es casi automático.
Ese día en particular no ocurrió mucho. Reunión de EPA (el grupito que cuidamos kiltros en la facu, vea entry anterior), un bostezo en el paradero, y pasó la micro que a mi casa me llevaría. Varios asientos llenos, los vacíos estaban atrás y la flojera fue más fuerte. Como saco de papas me dejé caer sobre una de las paredes del Transfiasco, cerca de la puerta para bajarse. Mis manos olían a perro (sí, tengo la manía de acariciar a los del campus), mi ropa tenía pelos blancos, y yo entre cansado y desganado por la existencia en este universo. Una señora se subió con esfuerzo, levantó el brazo tembloroso y pagó su pasaje. Le costó pasar por el torniquete. Le echaba mínimo unos 75 años, quizá menos pero las causas parece que le pesaban, y mucho. Una bolsa que no se veía muy ligera la llevaba a su hombro, vio de reojo a través de sus borrosos lentes si había algún asiento desocupado. Ninguno. Se puso al lado mío, apoyada en la misma parte de la micro. Transantiago tiene en todos sus buses al menos dos pares de asientos para discapacitados. En el ícono dice que se le dé el asiento a embarazadas, lisiados y gente de la tercera edad. Esta señora, era de la cuarta. Y ninguna de las tipas que cómodamente tenían sus nalgas en los asientos preferenciales para discapacitados siquiera se inmutó. Los semáforos pasaban, y una de las tipas sentadas, que ni 18 habrá tenido, se la quedaba mirando. Murmuraba para sí si darle ó no el asiento, lo comentó con la mujer que tenía a su lado, quien por el efectivo monosílabo que pareció darle, ella no jodió más. Y seguían pasando semáforos, noté que la anciana tenía una joroba a lo Notre Dame en su espalda, y aún ella de pie. De la nada, una mujer en la parte trasera dice "Señora, siéntese acá". Culpar a la sordera por la edad, el ruido de la micro, no sé...pero la anciana no escuchó. Estando yo más cerca, le dije que la mujer le llamaba, ella miró hacia atrás y la vio haciendo el gesto "siéntese aquí". La inercia de la micro le impidió subir los dos escalones hacia la parte trasera, con un débil disculpe se apoyó en mi brazo y se sentó allá. La tipa que ni 18 habrá tenido se quedó mirando a la anciana, mientras las otras tres tipas continuaban encerradas en su mundo.
Escuchar Go (el disco de Jónsi) mirando hacia la ventana en un día notablemente nublado es una loca antítesis [Ya lo dije, lo sé]. Curiosamente el tema que mejor me sonó fue Grow Till Tall. Cuando la escuché la primera vez me dije "Jónsi sencillamente no soportó el no poner una canción depre en el CD", pero llegó a la parte de los gritos fumados a lo Popplagidd y mis tímpanos reaccionaron de inmediato. Eternos "Know...You Know...You", las versiones en vivo que he robado de internet son casi como un Popplagid feliz, si es que la comparación fuere posible. Grow Till Tall debería ser el tema que cierre Go, quizá para no darle un aire ( ) Jónsi puso otro tema luego.
En uno de los asientos, había un papá con su hija sentada entre sus piernas, el papá en son de broma le comenta a su retoña "No le dio el asiento porque era viejita, hubiera sido un rubio y le da más que el asiento" refiriéndose a la tipa de menos de 18. Sonreí para mis adentros.
Es normal que en Sta Rosa se suban personajes a vender productos de dudosa salubridad, o a cantar canciones de mierda con voz de mierda y karaoke de mierda. La viejita ya se había sentado y el aire se había calmado, cuando este personaje se subió. Se veía golpeado por el sol de mediodía, ofrecía chocolate Trencito a $100 y sustancias al mismo precio. Un bebé se quedó mirando la rosada sustancia rosa (que jamás he sabido qué es), como si con la hipnotizante mirada su mamá se daría cuenta y le compraría. Personalmente, también me interesé. Hace milenios no como esa diabetes envasada y la verdad me habría gustado el viaje por la nostalgia. Pero entre que no quería tener a un mocoso mirándome con cara de "Yo también quiero" y que ni $100 tenía, ...no compré. El tipo pregunta una vez más, esta vez en un disimulado tono de súplica si alguien desea. Su bolsa de paquetes de sustancias estaba casi llena, había vendido sólo una. Los chocolates Trencito se veían más optimistas, le quedaba como media caja. Mirada rápida, toca el timbre, se baja en el siguiente paradero.
Siempre me ha parecido una extraña imagen, ver al más indecente de los púbers, con ropaje de quien sabe cuánto dinero, celulares costosos, caminata egocéntrica y corte de pelo ridículo, pasar por debajo del torniquete del bus. Mientras el sujeto más destartalado, con trapos que no han visto detergente en semanas, grasa en todo el traje y polvo en lo que queda de él, pagan sus $560. Llegando ya casi al final de mi viaje, se sube una pareja de ancianos. Ella hace el "Bip!" sin problemas, a él le suena la luz roja. La micro parte con total normalidad. Él se asusta. Le suena de nuevo la alarma y la lucecita roja. Le pregunta qué hacer al conductor. Él con indiferencia le dice que nada más pase. El anciano no sabe sencillamente qué hacer. Pasar es una infracción y él no quiere hacerla. Dos triquiñuelas en el torniquete y el anciano logra pasar. Mira fijamente la entrada al bus, como si hubiese matado a alguien y el cadáver aun estuviera tirado allí. Mira a su esposa con pavor, ella ni parece importarle. Todo el mundo pasa ¿Qué más da si lo hace él? Parece, que le daba mucho. ¡Ah! Y para que decir si alguien en los asientos preferenciales se lo cedió. Presioné el timbre mientras el abuelo aun veía asustado al conductor, el torniquete y a todos los pasajeros, como si le recriminaramos eternamente el pecado inexorable y sin perdón que acabase de cometer. La puerta se abrió. Bajé. La tipa de menos de 18 aun se sentaba en el mismo lugar. La micro se alejó, crucé la calle, me dirigí hacia mi depto. La voz de Jónsi en su "Know...you know...you" resonaba en mis hemisferios cerebrales. ...Interesante descubrimiento, mi misantropía aun no alcanzaba niveles críticos. Y cómo será, que la cara del tipo vendiendo Trencito, la señora de la joroba y el anciano aterrado aun vagan entre mis neuronas una semana después.
El Playlist dice: Jónsi - Grow Till Tall [Live]. (Por tercera vez o algo así, Last.FM lleva la cuenta)
Saludos a Paulina Rubilar.
sábado, 7 de mayo de 2011
Un Buen Comienzo, Parte VII
Siglos que no posteaba algo acá. Temo que hasta se me seque el cerebro y termine procesando ecuaciones y mapas mentales de plantas vasculares, y pierda la capacidad de decir y hacer incoherencias y llenar un blog con ellas. ¿Qué estoy diciendo? Eso no pasará. Paranoia de 15 segundos, a cualquiera le pudo pasar.
Han pasado dos meses desde que dejé mis tierras provincianas, a vivir a la gran (y no muy grata) ciudad de Santiasco. Capital de la república chilena, diecisiete millones de habitantes, muchos para mi gusto. Demasiados. Excesos. Odio tanta gente. Pero bueno, no todo ha sido gris como los amaneceres santiaguinos, y no todo ha sido tan frío como las mañanas en las micros. Y particularmente, aunque me estén apaleando con la Universidad (y aquella carrera llamada Ingeniería en Recursos Naturales Renovables) ésta como entidad no está tan mal. Y lo mejor, mi necesidad de estar rodeado de canes se ve satisfecha ante la gran prescencia perruna de la facultad.
Los kiltros abundan. Estar al lado de la Facultad de Veterinaria hace creer a la pobredumbre que este es un paraíso canino. Nada más lejos de la realidad pero ¡hey! Alguien me mueve la cola al entrar, así que gracias gente irresponsable por hacerme ese pequeño favor. Y bueno, siguiendo el negocio familiar (mi hermana estudiando técnico veterinaria por enésimo año al nunca poder pasar matemática hahaha) me uní al grupo cuida-kiltros del campus. Para que luego no digan que no hago nada por el universo. Y curiosamente, mi misantropía se ha visto algo mermada (o quizá maduré, o quizá al 2º ron todos somos amigos) y he logrado entablar parloteo con la gente de mi curso. Buena gente, mala gente. Gente estudiosa, gente vaga. Gente para todos los gustos. Y el haber pocos provincianos enardece el siempre idiota discurso pro-descentralización planteado a mi modo. Léase: puras incoherencias. Tengo la beca de alimentación así que mi paladar se deleita con los manjares antumapinos [antumapino: gentilico del Campus Antumapu, donde reside mi trasero ocho/cinco/tres horas diarias a la semana], estómago feliz porque acá en casa la comida si bien no es poca, la flojera y los desconocimientos culinarios son extremos. Y eso que no vivo solo; al final el campamento base a pies de Providencia terminó siendo una estafa (la vieja nos cambió todas las reglas del juego) y como diría un amigo bonaerense "todos putos", terminé mudandome un poco más al centro, a compartir el departamento con el hijo de un ex-colega de mi vieja. Las vueltas de la vida.
Coloqué el reproductor en modo aleatorio, salió una canción que hace milenios no oía. El One Hit Wonder (quizá...) de La Ley, esa banda chilena que nunca le he puesto demasiada atención. Hay que decirlo gente, el rock chileno no me atrae. ...Hablando de Rock Chileno, habría que más o menos contar qué fue del Lollapalooza Santiago 2011. No lo negaré, el no ver a Arcade Fire, Arctic Monkeys o Silversun Pickups en el cartel fue una gran desilusión, y Kanye West fue casi un boleto directo a no ir, ...pero dije algo similar a Maquinaria 2010 y aún me arrepiento (¡¡Pixies!!) de ello. Convecerme de gastar $60.000 en música en todo caso, es sencillo. Yeah Yeah Yeahs (cuya única canción que conocía era Y Control, video que amé por la mocosa cortándole la mano a un niño) se terminó bajando, así que mis oídos iban por Dënver, banda de San Felipe, The Drums californianos, Cansei De Ser Sexy desde Brasil y...el resto a lo que venga. Irónicamente el "A lo que venga" resultó ser lo mejor. Como bien estuve cacareando las semanas siguientes al festival:
"YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!! YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!!!!" De Flaming Lips sabía que existían porque Last.Fm más de una vez me los ha mencionado, pero nunca me los recomendó y nunca me digamos...senté a oírlos (lo mismo pasa con enormidad de bandas. Aún tengo esa cuenta pendiente con Ulver, Tool y Gustav Mahler). La semana previa bajé el disco Yoshimi And The Pink Robots (o algo así) y el disco que empieza con la canción del link de arriba, que curiosamente jamás oí hasta luego del concierto. Yoshimi se caracteriza por música en general bastante...volada (y lo dice alguien que oye Franz Ferdinand, Pg.Lost y Evpatoria Report), lenta en general pero no depresiva. El mayor éxito (según los Scrobblings) se encuentra en este disco así que mal no lo hacía en oírlo. Do You Realize? es una linda balada en que básicamente le preguntamos a ella "¿Te das cuenta que tienes la cara más bella?". Algo me recuerda a Tonight Tonight de los Smashing Pumpkins. Llegué algo tarde al concierto de los Flaming por "detalles que no importan" así que jamás oí el primer tema. Do You Realize? sonó en tercer lugar y me sentí bien por oír algo que reconocía. El resto fueron unos siete u ocho temas que ni en pelea de perros había oído (y el tema homónimo de Yoshimi and the Pink por ahí), en algún punto del concierto ese "Come on Motherfuckers!!! Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah!!!". Sencillamente, lo mejor del Domingo. No, aun no me "siento a escuchar" a los Flaming pero se han ganado una estrellita en mi catálogo Kanto de Tení que escuchar esta wea wn!!!. El Día Primero del festival (Sábado) no se quedó atrás. Otro descubrimiento (del cual no tenía prostituta idea ningun canción) fue lo que me casi produce devolverme a las 17.00 a mi casa a descargar música compulsivamente, porque sabía no oiría algo mejor. James es una banda ochentera (al igual que los Flaming) británica, que se separaron y ...bastante jaleo. El punto es que, gracias a la imprevista ausencia de Yeah Yeah Yeahs, tendrían 15 minutos más para su concierto. Desde detrás del público apareció un viejo tocando una guitarra acústica, gritos en el Coca Cola Zero Stage. Un calvito con un gorro de lana salió de la nada cantando. Resultó que eran los músicos de James. Primero, notable la aparición de ellos...segundo, notable canción. Say Something en versión pseudo-acústica me dejó una grata sensación. El resto (canciones que nunca oí antes) fueron notables tonos, guitarras, percusiones, danzas a lo Thom Yorke, ...épico. No tenía idea quienes eran, qué tocaban o cuantos discos tienen, pero la cosa era seguir oyéndolos. Sentimiento que sólo me ha pasado con contadas bandas...y ninguna en una experiencia en vivo. Pulgar para arriba hacia James, nada más que decir.
Post-Rock siempre es bienvenido y, para alguien que nunca había oído Post-Rock en vivo, la experiencia fue un orgasmo. The Ganjas se llaman, de Chile son, y en el Tech Stage tocaron. 45 minutos de headbanging, luces a lo Explosions In The Sky, un tipo que tocó las maracas en el concierto de Radiohead (dato freak que leí ayer) hace dos años, y...¿ya mencioné las luces locas a lo Explosions In The Sky? Recuerdo en la última canción estar en una melolagnia absoluta, el riff casi-casi recuerda a Mono [presiento que un conocido sueco querrá matarme...], la letra...meh, francamente no importa. El post-rock no debe ser hecho con letras, a menos que seas islandés. Y bueno, con The Ganjas saqué lo que en opinión de un amigo fue la mejor foto de mi Lollapalooza:
Reconocer que está buena hehe. Una de las pocas bandas en que la acústica de mierda del Tech Stage (Teatro la Cúpula del Parque O'Higgins) no mató, es más...ayudó. En serio, no quería oír cantar al tipo, el post-rock no debe tener voz a menos que seas islandés. Detalle notable es que Coca Cola estaba regalando vasitos de Coca Zero en unas esquinas del parque, quien sabe...publicidad gratis, altruismo o lo que fuere. No importaba qué tan hecho mierda me dejaran las bandas, era sagrado recuperar energía y el aliento allí. Además, con esos precios...mala experiencia, definitivamente el sistema de tickets (cada ticket valía $1.000-$1.500 [Dependiendo la cantidad que comprases) fue una patada en los huevos para los bolsillos. Por lo demás, pulgar para arriba a Lollapalooza, los veo el 2012.
Como suele ser y yendo al tema central, el título...mi saga de Buenos Comienzos...continúa. Ver en Chile un cd de Sigur Rós es algo que me hace sentir una gran calidez por dentro, tan mal no estamos. Si bien me puedo jactar (y Miki no) de tener la discografía completa de los islandeses (salvo Von que sólo lo quiero por coleccionista y Hvarf/Heim que es cuestionable como "discografía de estudio") y de haber retumbado la casa con Popplagid, Ny Batterí, Hoppipolla, Ara Batur, Svefn-G-Englar, etc...el ver el disco de Jónsi acá fue una sorpresa absoluta. La idea era ir al FeriaMix que se encuentra en el centro a gastar los $16.000 que me sobraron de la compra de unos audífonos bastante macanudos (larga historia cómo obtuve ese capital hehe). El viaje me llevó al Eurocentro y, dijiendome a mí mismo "Mismo, veamos qué hay acá" entré. Una tienda del primer subtérraneo, no muy lejos de esas estampadas de Megadeth, Iron Maiden y poleras negras. Discos de Muse a $10.000, Mogwai, Radiohead y Morrisey. En un estante estaba tímidamente Swoon de Silversun Pickups (imaginarán qué grité en mi mente) y en una vitrina, haciendose compañía, tres obras maestras. Med Sud I Eyrum Vid Spillum Endalaust, atracito el Takk... y atracito Go. Pregunté el precio (esperaba oír cifra similar a la que cierta página sueca muestra), no la pensé dos veces, no se de dónde saqué dinero extra y llegué a casa con el nuevo material de Silversun y con el disco más feliz que conozco: Go. Tornado, Boy Lilikoi y Animal Aritmethic suben el ánimo de cualquiera, oírlos en un día nublado es una antítesis tan...Sigur Rós que es sublime. En la U quizá no tenga notas destacables pero al menos oído feliz, corazón contento. El rumor dice que viene Pearl Jam, Foo Fighters y hay optimismo respecto a Coldplay y Arcade Fire. Mi bolsillo se destrozó el año pasado con tanto concierto, ¿seguiré la "tradición"? Acabé rápido con eso de "...un concierto al año".
Saludos a la Alcachofa.
Han pasado dos meses desde que dejé mis tierras provincianas, a vivir a la gran (y no muy grata) ciudad de Santiasco. Capital de la república chilena, diecisiete millones de habitantes, muchos para mi gusto. Demasiados. Excesos. Odio tanta gente. Pero bueno, no todo ha sido gris como los amaneceres santiaguinos, y no todo ha sido tan frío como las mañanas en las micros. Y particularmente, aunque me estén apaleando con la Universidad (y aquella carrera llamada Ingeniería en Recursos Naturales Renovables) ésta como entidad no está tan mal. Y lo mejor, mi necesidad de estar rodeado de canes se ve satisfecha ante la gran prescencia perruna de la facultad.
Los kiltros abundan. Estar al lado de la Facultad de Veterinaria hace creer a la pobredumbre que este es un paraíso canino. Nada más lejos de la realidad pero ¡hey! Alguien me mueve la cola al entrar, así que gracias gente irresponsable por hacerme ese pequeño favor. Y bueno, siguiendo el negocio familiar (mi hermana estudiando técnico veterinaria por enésimo año al nunca poder pasar matemática hahaha) me uní al grupo cuida-kiltros del campus. Para que luego no digan que no hago nada por el universo. Y curiosamente, mi misantropía se ha visto algo mermada (o quizá maduré, o quizá al 2º ron todos somos amigos) y he logrado entablar parloteo con la gente de mi curso. Buena gente, mala gente. Gente estudiosa, gente vaga. Gente para todos los gustos. Y el haber pocos provincianos enardece el siempre idiota discurso pro-descentralización planteado a mi modo. Léase: puras incoherencias. Tengo la beca de alimentación así que mi paladar se deleita con los manjares antumapinos [antumapino: gentilico del Campus Antumapu, donde reside mi trasero ocho/cinco/tres horas diarias a la semana], estómago feliz porque acá en casa la comida si bien no es poca, la flojera y los desconocimientos culinarios son extremos. Y eso que no vivo solo; al final el campamento base a pies de Providencia terminó siendo una estafa (la vieja nos cambió todas las reglas del juego) y como diría un amigo bonaerense "todos putos", terminé mudandome un poco más al centro, a compartir el departamento con el hijo de un ex-colega de mi vieja. Las vueltas de la vida.
Coloqué el reproductor en modo aleatorio, salió una canción que hace milenios no oía. El One Hit Wonder (quizá...) de La Ley, esa banda chilena que nunca le he puesto demasiada atención. Hay que decirlo gente, el rock chileno no me atrae. ...Hablando de Rock Chileno, habría que más o menos contar qué fue del Lollapalooza Santiago 2011. No lo negaré, el no ver a Arcade Fire, Arctic Monkeys o Silversun Pickups en el cartel fue una gran desilusión, y Kanye West fue casi un boleto directo a no ir, ...pero dije algo similar a Maquinaria 2010 y aún me arrepiento (¡¡Pixies!!) de ello. Convecerme de gastar $60.000 en música en todo caso, es sencillo. Yeah Yeah Yeahs (cuya única canción que conocía era Y Control, video que amé por la mocosa cortándole la mano a un niño) se terminó bajando, así que mis oídos iban por Dënver, banda de San Felipe, The Drums californianos, Cansei De Ser Sexy desde Brasil y...el resto a lo que venga. Irónicamente el "A lo que venga" resultó ser lo mejor. Como bien estuve cacareando las semanas siguientes al festival:
"YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!! YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!!!!" De Flaming Lips sabía que existían porque Last.Fm más de una vez me los ha mencionado, pero nunca me los recomendó y nunca me digamos...senté a oírlos (lo mismo pasa con enormidad de bandas. Aún tengo esa cuenta pendiente con Ulver, Tool y Gustav Mahler). La semana previa bajé el disco Yoshimi And The Pink Robots (o algo así) y el disco que empieza con la canción del link de arriba, que curiosamente jamás oí hasta luego del concierto. Yoshimi se caracteriza por música en general bastante...volada (y lo dice alguien que oye Franz Ferdinand, Pg.Lost y Evpatoria Report), lenta en general pero no depresiva. El mayor éxito (según los Scrobblings) se encuentra en este disco así que mal no lo hacía en oírlo. Do You Realize? es una linda balada en que básicamente le preguntamos a ella "¿Te das cuenta que tienes la cara más bella?". Algo me recuerda a Tonight Tonight de los Smashing Pumpkins. Llegué algo tarde al concierto de los Flaming por "detalles que no importan" así que jamás oí el primer tema. Do You Realize? sonó en tercer lugar y me sentí bien por oír algo que reconocía. El resto fueron unos siete u ocho temas que ni en pelea de perros había oído (y el tema homónimo de Yoshimi and the Pink por ahí), en algún punto del concierto ese "Come on Motherfuckers!!! Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah!!!". Sencillamente, lo mejor del Domingo. No, aun no me "siento a escuchar" a los Flaming pero se han ganado una estrellita en mi catálogo Kanto de Tení que escuchar esta wea wn!!!. El Día Primero del festival (Sábado) no se quedó atrás. Otro descubrimiento (del cual no tenía prostituta idea ningun canción) fue lo que me casi produce devolverme a las 17.00 a mi casa a descargar música compulsivamente, porque sabía no oiría algo mejor. James es una banda ochentera (al igual que los Flaming) británica, que se separaron y ...bastante jaleo. El punto es que, gracias a la imprevista ausencia de Yeah Yeah Yeahs, tendrían 15 minutos más para su concierto. Desde detrás del público apareció un viejo tocando una guitarra acústica, gritos en el Coca Cola Zero Stage. Un calvito con un gorro de lana salió de la nada cantando. Resultó que eran los músicos de James. Primero, notable la aparición de ellos...segundo, notable canción. Say Something en versión pseudo-acústica me dejó una grata sensación. El resto (canciones que nunca oí antes) fueron notables tonos, guitarras, percusiones, danzas a lo Thom Yorke, ...épico. No tenía idea quienes eran, qué tocaban o cuantos discos tienen, pero la cosa era seguir oyéndolos. Sentimiento que sólo me ha pasado con contadas bandas...y ninguna en una experiencia en vivo. Pulgar para arriba hacia James, nada más que decir.
Post-Rock siempre es bienvenido y, para alguien que nunca había oído Post-Rock en vivo, la experiencia fue un orgasmo. The Ganjas se llaman, de Chile son, y en el Tech Stage tocaron. 45 minutos de headbanging, luces a lo Explosions In The Sky, un tipo que tocó las maracas en el concierto de Radiohead (dato freak que leí ayer) hace dos años, y...¿ya mencioné las luces locas a lo Explosions In The Sky? Recuerdo en la última canción estar en una melolagnia absoluta, el riff casi-casi recuerda a Mono [presiento que un conocido sueco querrá matarme...], la letra...meh, francamente no importa. El post-rock no debe ser hecho con letras, a menos que seas islandés. Y bueno, con The Ganjas saqué lo que en opinión de un amigo fue la mejor foto de mi Lollapalooza:
Reconocer que está buena hehe. Una de las pocas bandas en que la acústica de mierda del Tech Stage (Teatro la Cúpula del Parque O'Higgins) no mató, es más...ayudó. En serio, no quería oír cantar al tipo, el post-rock no debe tener voz a menos que seas islandés. Detalle notable es que Coca Cola estaba regalando vasitos de Coca Zero en unas esquinas del parque, quien sabe...publicidad gratis, altruismo o lo que fuere. No importaba qué tan hecho mierda me dejaran las bandas, era sagrado recuperar energía y el aliento allí. Además, con esos precios...mala experiencia, definitivamente el sistema de tickets (cada ticket valía $1.000-$1.500 [Dependiendo la cantidad que comprases) fue una patada en los huevos para los bolsillos. Por lo demás, pulgar para arriba a Lollapalooza, los veo el 2012.
Como suele ser y yendo al tema central, el título...mi saga de Buenos Comienzos...continúa. Ver en Chile un cd de Sigur Rós es algo que me hace sentir una gran calidez por dentro, tan mal no estamos. Si bien me puedo jactar (y Miki no) de tener la discografía completa de los islandeses (salvo Von que sólo lo quiero por coleccionista y Hvarf/Heim que es cuestionable como "discografía de estudio") y de haber retumbado la casa con Popplagid, Ny Batterí, Hoppipolla, Ara Batur, Svefn-G-Englar, etc...el ver el disco de Jónsi acá fue una sorpresa absoluta. La idea era ir al FeriaMix que se encuentra en el centro a gastar los $16.000 que me sobraron de la compra de unos audífonos bastante macanudos (larga historia cómo obtuve ese capital hehe). El viaje me llevó al Eurocentro y, dijiendome a mí mismo "Mismo, veamos qué hay acá" entré. Una tienda del primer subtérraneo, no muy lejos de esas estampadas de Megadeth, Iron Maiden y poleras negras. Discos de Muse a $10.000, Mogwai, Radiohead y Morrisey. En un estante estaba tímidamente Swoon de Silversun Pickups (imaginarán qué grité en mi mente) y en una vitrina, haciendose compañía, tres obras maestras. Med Sud I Eyrum Vid Spillum Endalaust, atracito el Takk... y atracito Go. Pregunté el precio (esperaba oír cifra similar a la que cierta página sueca muestra), no la pensé dos veces, no se de dónde saqué dinero extra y llegué a casa con el nuevo material de Silversun y con el disco más feliz que conozco: Go. Tornado, Boy Lilikoi y Animal Aritmethic suben el ánimo de cualquiera, oírlos en un día nublado es una antítesis tan...Sigur Rós que es sublime. En la U quizá no tenga notas destacables pero al menos oído feliz, corazón contento. El rumor dice que viene Pearl Jam, Foo Fighters y hay optimismo respecto a Coldplay y Arcade Fire. Mi bolsillo se destrozó el año pasado con tanto concierto, ¿seguiré la "tradición"? Acabé rápido con eso de "...un concierto al año".
Saludos a la Alcachofa.
jueves, 24 de febrero de 2011
Brindemos
El matrimonio de Ernesto Pereira y Amanda Sepúlveda fue el más bullado de la ciudad en ese mes. Gente de todas las periferias y latitudes asistió. Se vieron diversos peinados, vestidos y trajes. Los porteros contaron unas 350 o más personas y, mencionar los platos que los mozos llevaron hacia y desde la cocina, sería una cifra estratosférica. Doña Amanda se casaba por segunda vez, luego de que anécdotas “que no nos interesan” llevasen el fracaso a la primera unión conyugal; ella tenía un hijo pequeño y algunos de los compañeros de curso del infante asistieron a la gran ceremonia. Una fiesta para toda la familia, todas las familias, y todas las edades.
El sacerdote que presidía el sacramento fue testigo de una bella y emotiva boda en que ambos enamorados mostraron la honestidad de sus sentimientos. Aplausos, unas lágrimas, y los asistentes fueron llevados al banquete. En los mesones prolijamente decorados con flores blancas, esculturas de cristal y delicias de cóctel, estaban los vasos de vidrio relucientes e inmaculados. Apenas el primer invitado ingresó, los camareros llenaron los vasos con sodas, jugos y néctares de todas variedades. Las burbujas de la gaseosa bullían con intensidad similar a la alegría de los asistentes, mezclándose entre los rojos y dorados de aquellas bebidas de fantasía. Las copas de champagne se izaron a la hora del brindis y se armó una motivada conversación entre novios y familiares mientras se esperaba el banquete. Las copas lentamente eran vaciadas de su etílico contenido, al tiempo que los vasos lo eran de sus inocuos brebajes. El abuelo del novio bebía un poco de vino para animar su apasionada conversación sobre la infancia del recién casado, mientras uno de los niños tranquilamente se endulzaba los labios con un jugo de manzana.
Un hombre con impecable traje azul oscuro deja en la mesa una larga y delgada copa con el más fino champagne. Al lado había un vaso que nadie había tocado desde que el mozo llenó sus tres cuartas partes con una gaseosa de piña. El vaso no pudo ignorar la presencia de la recién llegada, forjada en cristalería extranjera sacudía con elegancia el resto de champagne que aun tenía en su interior. Poco podía hacer vidrio comprado en el supermercado de la ciudad para impresionarle, salvo aprovechar el suave golpe accidental que alguien le da a una pata de la mesa para desplegar un espectáculo de burbujas en sus bordes. La copa, claro, no le presta atención. Intenta acercarse moviéndose torpemente hacia ella, con fin de saludarle y quizá conversar, pero sus planes se ven interrumpidos por una horda de meseros que asaltan la mesa y llevan a sus inquilinos hacia la cocina, les dan un lavado rápido y los disponen en la larga mesa que sería usada en la comida. El vaso terminó a unos cuatro puestos de la copa, y pronto fue llenado con fría agua de llave que el comensal pidió. A través del incoloro líquido, observa con atención a la copa, que pasó la cena entera vestida de un único y delicado marrón suave, un elixir que el vaso no logró reconocer.
Cuando los mozos trajeron los postres, las pequeñas vasijas de frutas con cremas ayudaron a camuflar al vaso, quien lenta y sigilosamente avanza por la mesa, dirigiéndose hacia el cristal que tanto le llamó la atención. El tío del novio terminaba de beber el jugo de su postre cuando el vaso apareció allí, a pocos centímetros de la copa. A tan corta distancia, la perfecta fundición y moldeado eran evidentes. La luz del salón se filtraba a través del mango y tazón propiamente tal, dando bellas tonalidades púrpuras y celestes mientras el licor del interior entregaba matices dorados al conjunto. Un silencioso espectáculo en el bullicio de la sobremesa, una gala que sólo el vaso parecía poner atención. El tío del novio bebió un poco del brebaje de la copa y, producto de las hilarantes historias que a los presentes contaba, la deja con fuerza sobre la mesa. El golpe deja danzando el líquido del interior y la copa luce todas sus habilidades y todas las propiedades que un perfecto moldeado le dieron. Cautivado por los colores esmeralda que la copa crea, el vaso no presta atención al primo de la novia que, presa del vino que ha tomado antes, le agarra con agresiva actitud y toma al seco toda el agua que él tenía. Con misma violencia deja al vaso vacío en la mesa, al lado de la copa. Ella lo ve, con pocas gotas de agua cayendo por el borde, reflejando modestamente la luz blanca de la habitación, sonriéndole. Le devuelve la sonrisa con cortesía, vuelve la mirada y continúa exhibiendo su callado espectáculo, a un público que definitivamente no es él.
Las horas pasan, el inmueble se mueve para crear una pista de baile donde clásicos de épocas pasadas animan la fiesta. El primo de la novia duerme en un sillón, rendido ante su hígado. El vaso ha vuelto a la mesa de los jugos. Una de las mozas carga una bandeja llena de copas en su hombro. Las copas están llenas de un sour de limonado color. El vaso reconoce el cáliz de su platónica y el reflejo que ella hace con la luz. El brebaje que ahora carga crea, junto con sus compañeras, una aurora dorada y plateada que maravilla al vaso. Incluso desde la distancia, percibe los tonos púrpuras que su idílica produce. La moza da un paso en falso con su tacón derecho, intenta corregirlo con su otro pie, y las copas tambalean. La gravedad insiste y la pierna diestra es la última esperanza. No hubo posibilidad. La bandeja con copas cae al piso y el vaso sólo ve cómo las baldosas de cerámica se convierten en testigo de un genocidio accidental. Observa con pavor como la copa se devasta en cientos de piezas al azotarse contra el suelo, en pocas décimas de segundo el mango y el soporte tienen similar destino. Todo en un lago de sangre amarilla. Incluso el sonido que hizo al destrozarse fue bello y perfectamente armónico. Permanece estupefacto mientras los mozos asisten a la compañera caída, llevan trapos y escobas para limpiar el desastre y la accidentada pide disculpas a los presentes por el desagradable infortunio.
El vaso cierra sus ojos, se dirige hacia el borde de la mesa y mira por última vez el lugar donde ocurrió la tragedia, aún puede verse un poco de brillo vítreo que los mozos no pudieron limpiar. Un niño, cansado de correr por los patios con sus amigos, va a la mesa a tomar un refrescante jugo de naranja. Aún agitado por los trotes y saltos, da un ligero agarrón al mantel. El vaso aprovecha la oportunidad y se lanza, con bebida de damasco y todo hacia el vacío. El niño se asusta y corre pensando que fue su culpa. Un mesero se acerca algo malhumorado por el segundo incidente y limpia los restos de vidrio del piso. Los coloca en una pala y a los pocos segundos los restos del vaso se hallan en una bolsa plástica negra, se cierra la tapa del basurero.
Sus ojos se abren en el momento en que la tapa es levantada, un cocinero bota los restos de una carne que no fue comida. Los restos de vidrio observan un cristal que yace sobre unos granos de arroz. Aunque la luz de la cocina era más modesta que la del salón, los tonos lilas son inconfundibles, los fragmentos de vidrio no pueden evitar sonreír, se acercan a los añicos de cristal y le saludan. Ella devuelve el saludo. Él lanza un irónico comentario respecto a la dicha de los vasos en el matrimonio y ella ríe tímidamente. La tapa del basurero se cierra y ellos se quedan allí, conversando.
La historia versa así: En SOS apareció un concurso sobre escribir un cuento (de máximo 2 páginas) con temática "Amor/Amistad". Sí, soy antagónico a ese tópico pero, se hizo lo que se pudo, en cuatro días más sabremos si gané algo o no. Y...como siempre, el protagonista tenía que morir. Saludos a Natalie Imbruglia, escuchando Torn me inspiré. Loco ¿no?
El sacerdote que presidía el sacramento fue testigo de una bella y emotiva boda en que ambos enamorados mostraron la honestidad de sus sentimientos. Aplausos, unas lágrimas, y los asistentes fueron llevados al banquete. En los mesones prolijamente decorados con flores blancas, esculturas de cristal y delicias de cóctel, estaban los vasos de vidrio relucientes e inmaculados. Apenas el primer invitado ingresó, los camareros llenaron los vasos con sodas, jugos y néctares de todas variedades. Las burbujas de la gaseosa bullían con intensidad similar a la alegría de los asistentes, mezclándose entre los rojos y dorados de aquellas bebidas de fantasía. Las copas de champagne se izaron a la hora del brindis y se armó una motivada conversación entre novios y familiares mientras se esperaba el banquete. Las copas lentamente eran vaciadas de su etílico contenido, al tiempo que los vasos lo eran de sus inocuos brebajes. El abuelo del novio bebía un poco de vino para animar su apasionada conversación sobre la infancia del recién casado, mientras uno de los niños tranquilamente se endulzaba los labios con un jugo de manzana.
Un hombre con impecable traje azul oscuro deja en la mesa una larga y delgada copa con el más fino champagne. Al lado había un vaso que nadie había tocado desde que el mozo llenó sus tres cuartas partes con una gaseosa de piña. El vaso no pudo ignorar la presencia de la recién llegada, forjada en cristalería extranjera sacudía con elegancia el resto de champagne que aun tenía en su interior. Poco podía hacer vidrio comprado en el supermercado de la ciudad para impresionarle, salvo aprovechar el suave golpe accidental que alguien le da a una pata de la mesa para desplegar un espectáculo de burbujas en sus bordes. La copa, claro, no le presta atención. Intenta acercarse moviéndose torpemente hacia ella, con fin de saludarle y quizá conversar, pero sus planes se ven interrumpidos por una horda de meseros que asaltan la mesa y llevan a sus inquilinos hacia la cocina, les dan un lavado rápido y los disponen en la larga mesa que sería usada en la comida. El vaso terminó a unos cuatro puestos de la copa, y pronto fue llenado con fría agua de llave que el comensal pidió. A través del incoloro líquido, observa con atención a la copa, que pasó la cena entera vestida de un único y delicado marrón suave, un elixir que el vaso no logró reconocer.
Cuando los mozos trajeron los postres, las pequeñas vasijas de frutas con cremas ayudaron a camuflar al vaso, quien lenta y sigilosamente avanza por la mesa, dirigiéndose hacia el cristal que tanto le llamó la atención. El tío del novio terminaba de beber el jugo de su postre cuando el vaso apareció allí, a pocos centímetros de la copa. A tan corta distancia, la perfecta fundición y moldeado eran evidentes. La luz del salón se filtraba a través del mango y tazón propiamente tal, dando bellas tonalidades púrpuras y celestes mientras el licor del interior entregaba matices dorados al conjunto. Un silencioso espectáculo en el bullicio de la sobremesa, una gala que sólo el vaso parecía poner atención. El tío del novio bebió un poco del brebaje de la copa y, producto de las hilarantes historias que a los presentes contaba, la deja con fuerza sobre la mesa. El golpe deja danzando el líquido del interior y la copa luce todas sus habilidades y todas las propiedades que un perfecto moldeado le dieron. Cautivado por los colores esmeralda que la copa crea, el vaso no presta atención al primo de la novia que, presa del vino que ha tomado antes, le agarra con agresiva actitud y toma al seco toda el agua que él tenía. Con misma violencia deja al vaso vacío en la mesa, al lado de la copa. Ella lo ve, con pocas gotas de agua cayendo por el borde, reflejando modestamente la luz blanca de la habitación, sonriéndole. Le devuelve la sonrisa con cortesía, vuelve la mirada y continúa exhibiendo su callado espectáculo, a un público que definitivamente no es él.
Las horas pasan, el inmueble se mueve para crear una pista de baile donde clásicos de épocas pasadas animan la fiesta. El primo de la novia duerme en un sillón, rendido ante su hígado. El vaso ha vuelto a la mesa de los jugos. Una de las mozas carga una bandeja llena de copas en su hombro. Las copas están llenas de un sour de limonado color. El vaso reconoce el cáliz de su platónica y el reflejo que ella hace con la luz. El brebaje que ahora carga crea, junto con sus compañeras, una aurora dorada y plateada que maravilla al vaso. Incluso desde la distancia, percibe los tonos púrpuras que su idílica produce. La moza da un paso en falso con su tacón derecho, intenta corregirlo con su otro pie, y las copas tambalean. La gravedad insiste y la pierna diestra es la última esperanza. No hubo posibilidad. La bandeja con copas cae al piso y el vaso sólo ve cómo las baldosas de cerámica se convierten en testigo de un genocidio accidental. Observa con pavor como la copa se devasta en cientos de piezas al azotarse contra el suelo, en pocas décimas de segundo el mango y el soporte tienen similar destino. Todo en un lago de sangre amarilla. Incluso el sonido que hizo al destrozarse fue bello y perfectamente armónico. Permanece estupefacto mientras los mozos asisten a la compañera caída, llevan trapos y escobas para limpiar el desastre y la accidentada pide disculpas a los presentes por el desagradable infortunio.
El vaso cierra sus ojos, se dirige hacia el borde de la mesa y mira por última vez el lugar donde ocurrió la tragedia, aún puede verse un poco de brillo vítreo que los mozos no pudieron limpiar. Un niño, cansado de correr por los patios con sus amigos, va a la mesa a tomar un refrescante jugo de naranja. Aún agitado por los trotes y saltos, da un ligero agarrón al mantel. El vaso aprovecha la oportunidad y se lanza, con bebida de damasco y todo hacia el vacío. El niño se asusta y corre pensando que fue su culpa. Un mesero se acerca algo malhumorado por el segundo incidente y limpia los restos de vidrio del piso. Los coloca en una pala y a los pocos segundos los restos del vaso se hallan en una bolsa plástica negra, se cierra la tapa del basurero.
Sus ojos se abren en el momento en que la tapa es levantada, un cocinero bota los restos de una carne que no fue comida. Los restos de vidrio observan un cristal que yace sobre unos granos de arroz. Aunque la luz de la cocina era más modesta que la del salón, los tonos lilas son inconfundibles, los fragmentos de vidrio no pueden evitar sonreír, se acercan a los añicos de cristal y le saludan. Ella devuelve el saludo. Él lanza un irónico comentario respecto a la dicha de los vasos en el matrimonio y ella ríe tímidamente. La tapa del basurero se cierra y ellos se quedan allí, conversando.
La historia versa así: En SOS apareció un concurso sobre escribir un cuento (de máximo 2 páginas) con temática "Amor/Amistad". Sí, soy antagónico a ese tópico pero, se hizo lo que se pudo, en cuatro días más sabremos si gané algo o no. Y...como siempre, el protagonista tenía que morir. Saludos a Natalie Imbruglia, escuchando Torn me inspiré. Loco ¿no?
lunes, 24 de enero de 2011
They don't sleep anymore in the beach
Más de alguna vez he hablado de Goddo Supiido Yuu! Burakku Emparaa, conocido por todos como Godspeed You! Black Emperor, o la banda que le coloca a sus temas nombres tan largos como las propias canciones. En una de sus obras, la 3ª del disco Lift Your Skinny Fists Like Antennas To Heaven, Murray Ostril (¿Quién es? nadie sabe) habla orgullosamente de una localidad estadounidense llamada Coney Island, "Coney Island, Coney Island they called it the playground of the world. There was no place like it! [...] People from all over the world came here, they called it the Playground Of The World. [...] And we used to sleep here, sleep over night. In the...In the beach". Pronto el tono le cambia (junto a los primeros acordes de la canción) diciendo que ya nada es como antes, su diálogo de poco más de un minuto acaba en "Things change, you know?" y en un tono post-apocalíptico "They don't sleep anymore in the beach". Más allá de hablar de la canción y como se compone para narrar instrumentalmente qué pasó en Coney Island (cosa que no creo sea así), esto es para que se culturicen en qué es Coney Island, The Playground Of The World.
Coney Island, alguna vez una isla, es una península a 30y algo km's de New York, en la costa noreste de USA. Fundada por...los tipos que alguna vez fundaron USA, fue centro común para los políticos y comerciantes en la época de la guerra civil gringa (la cual ni idea cuando fue). El comercio activó la ciudad y, el barato precio de un barco ida-vuelta (más idas que vueltas) que iba desde Manhattan hasta Coney Island a partir de 1846 lentamente llevó al pueblo a la isla. Tanto pueblo llegó que la isla se vició con prostíbulos y juegos de azar, la "clase alta" de la isla que estaba principalmente concentrada en el este, comenzó un plan de Solución Final que básicamente consistía en presionar a los pobres hacia el oeste y ellos adueñarse de la isla. Les funcionó bastante bien y pronto los adinerados necesitaban algo qué hacer en su islita a 30 y algo kilometros de New York. Así que, construyeron hipódromos, muchos. Muchos muchos. Y muchos más. El pueblo también le pareció interesante y pronto 40.000 espectadores iban a ver caballos correr hacia 1905. Qué decir sobre las apuestas que se hacían allí. 1910 y la religión metió (...de nuevo) la cuchara y prohibió las apuestas. Al perder la principal fuente de ingresos, también lo hizo la atracción por los caballos. Al final todos los hipódromos se fueron abajo y con ello los hoteles y demás que crecieron con ese dinero. Para algo más "familiar" los magnates crearon cientos de bares, restaurants, pubs y parques de diversiones. La tecnología del sXX reemplazó al viejo buque Manhattan-Coney Island por un tren subtérraneo y el rubro de los bares y protoDisneyworld hizo estallar también el negocio de residenciales, hostales, etc. Para la pobredumbre que no podía rentar una cabaña o comer en un restaurant de Coney, se llevaba su cocaví y se quedaban en Municipal Bath House, playa pública con 12.000 cabinas para visitantes. Fueron pocas las veces que esas doce mil bastaron para cubrir la demanda. Y bueno, si eras flojo y no querías traerte la comida y además eras pobre y no podías permitirte un restaurant, hacia 1920 Coney Island se llenó de patios de cerveza. Charles Feltman (según la wikipedia, el que inventó el Hot Dog) llevó su loca idea loca a Coney Island y pronto la vista era muy similar a lo que hoy imaginaríamos de un bar neoyorquino: un gordo tomando cerveza y comiéndose un hot dog.
Habiendo millones de visitas diarias, también habría harto dinero. Lo que los caballos dejaron, pronto se transformaría en tres cadenas de montañas rusas compitiendo por ser lo mejor de lo mejor en Coney Island. Luna Park, creado en 1901 tenía como central atracción una nave espacial-montaña rusa llamada Trip To The Moon. Claro, en esa época anterior al Apolo, al Sputnik o siquiera antes del avión, el "cohete" era una cosa de madera con alas y muchas lucecitas de colores para atraer al público. Cuatro años después, un paseo en elefante sería otro plus que tendría el Luna Park, junto a una pegajosa (?) cancioncilla:
We'll take a trip up to the moon
For that is the place for a lark
So meet me down at Luna, Lena
Down at Luna Park
Un incendio en 1944 consumió casi todo lo que había en Luna Park.
El segundo parque tenía un nombre mucho menos masculino: Dreamland. De cualquier modo, de dream no tenía mucho, debió llamarse Freakland. La atracción principal de esta cosa, además de los hotdogs, eran los shows de freaks que habían en sus carpas, ya saben...mujer barbuda, gente de un metro, etc. Junto a eso una versión mini de los canales de Venecia y demás. Un mar de luces eléctricas y trillizos críados en incubadoras para dar la impresión de "gente pequeña" también adornaban el lugar. Los hospitales de la zona se quejaban por el "mal" uso que le daban a sus dependencias pero con un par de multas e indemnizaciones todo bien. Se lo devoró el fuego en 1911, y el león que tenían aprovechó su corta libertad para ir por ahí devorando gente hasta que la policía le disparó. Cuenta la leyenda que los bebés de incubadoras fueron parte de las víctimas del incendio.
El dueño del tercer gran parque, Steeplechase Park, vio una rueda de la fortuna en una exposición en Chigago y plageó la idea para su propio parque. Entre otras cosas incluyó un carrusel, unas pocas montañas rusas y demás. Linda idea. En 1907 se incendió. Como el tipo tenía más dinero que sus competidores (y la depresión de 1929 aun no mataba la economía norteamericana) logró reconstruírlo en 1909, esta vez con más acero y menos madera. Para 1939 compró una vieja máquina que le servía en entrenamientos de paracaídismo, la enchuló un poco y tuvo su famoso Parachute Jump. La caída de 80 metros era descrita como "caída libre" por algunos, si bien algunas veces la gente se enredaba en los cables, cuenta la leyenda que "para que los operadores se divirtiesen". Para cuando la Segunda Guerra Mundial se llevó gran parte del público de Coney Island fuera de las playas, cabañas, bares y parques de diversiones, el Parachute Jump se convirtió en ícono de referencia para saber donde estaba el norte. Irónicamente, la principal atracción del parque fue también su perdición. El costo de flete, implementación, enchulamiento, funcionamiento y mantención era alto considerando la cada vez menos gente que iba a Coney Island, al final...le terminó dando pérdidas. Cerró en 1964 pero el mito dice que Parachute Jump funcionó unos pocos años más. Fue el único que no fue devorado por un incendio...bieeen.
Una vez Murray Ostril se perdió en Coney Island, la tierra de los sueños, saltos en paracaídas, elefantes y leones comehombres. Pero lo hallaron. Y había tanta gente en las playas que no podías ni avanzar. La gente se quedaba en las playas para aprovechar cada instante de esa isla, la Tierra de Juegos del Mundo (...que modo más burdo de traducir "Playground"), pero eso ya no pasa. Las cosas cambian. Y la gente ya no duerme en la playa. La depresión de 1929 y los incendios complicaron las cosas para Coney Island. La pobredumbre tenía conexiones ilegales de agua así que, cuando los bomberos finalmente llegaban, se encontraban con una presión muy inferior a la esperada, sumado al viento costero que siempre soplaba, y pronto las cosas de madera eran consumidas. La 2ª guerra mundial, los parques temáticos de otras costas gringas (Disney, Seaworld, etc) remataron a Coney Island a finales de los '60. Los planes de urbanismo intentaron llevar casinos (ilegales desde 1910) y casas a precios baratos, para que la pobredumbre por fin viviese menos pobre. Funcionó relativamente, y la isla (ahora península, ya que los puentes construídos y los diques así lo hicieron) dejó el rubro de ser la tierra de juegos para el mundo, y pasó a ser una ciudad dormitorio.
Saludos a Godspeed You! Black Emperor, a la gente que encuentra "divertida" a Fantasilandia (pobres idiotas...) y los que todos los días viven en sus propios parques de diversiones llamado: Ciudad. Primer post del año 2011, ¡¡yey!!
Coney Island, alguna vez una isla, es una península a 30y algo km's de New York, en la costa noreste de USA. Fundada por...los tipos que alguna vez fundaron USA, fue centro común para los políticos y comerciantes en la época de la guerra civil gringa (la cual ni idea cuando fue). El comercio activó la ciudad y, el barato precio de un barco ida-vuelta (más idas que vueltas) que iba desde Manhattan hasta Coney Island a partir de 1846 lentamente llevó al pueblo a la isla. Tanto pueblo llegó que la isla se vició con prostíbulos y juegos de azar, la "clase alta" de la isla que estaba principalmente concentrada en el este, comenzó un plan de Solución Final que básicamente consistía en presionar a los pobres hacia el oeste y ellos adueñarse de la isla. Les funcionó bastante bien y pronto los adinerados necesitaban algo qué hacer en su islita a 30 y algo kilometros de New York. Así que, construyeron hipódromos, muchos. Muchos muchos. Y muchos más. El pueblo también le pareció interesante y pronto 40.000 espectadores iban a ver caballos correr hacia 1905. Qué decir sobre las apuestas que se hacían allí. 1910 y la religión metió (...de nuevo) la cuchara y prohibió las apuestas. Al perder la principal fuente de ingresos, también lo hizo la atracción por los caballos. Al final todos los hipódromos se fueron abajo y con ello los hoteles y demás que crecieron con ese dinero. Para algo más "familiar" los magnates crearon cientos de bares, restaurants, pubs y parques de diversiones. La tecnología del sXX reemplazó al viejo buque Manhattan-Coney Island por un tren subtérraneo y el rubro de los bares y protoDisneyworld hizo estallar también el negocio de residenciales, hostales, etc. Para la pobredumbre que no podía rentar una cabaña o comer en un restaurant de Coney, se llevaba su cocaví y se quedaban en Municipal Bath House, playa pública con 12.000 cabinas para visitantes. Fueron pocas las veces que esas doce mil bastaron para cubrir la demanda. Y bueno, si eras flojo y no querías traerte la comida y además eras pobre y no podías permitirte un restaurant, hacia 1920 Coney Island se llenó de patios de cerveza. Charles Feltman (según la wikipedia, el que inventó el Hot Dog) llevó su loca idea loca a Coney Island y pronto la vista era muy similar a lo que hoy imaginaríamos de un bar neoyorquino: un gordo tomando cerveza y comiéndose un hot dog.
Habiendo millones de visitas diarias, también habría harto dinero. Lo que los caballos dejaron, pronto se transformaría en tres cadenas de montañas rusas compitiendo por ser lo mejor de lo mejor en Coney Island. Luna Park, creado en 1901 tenía como central atracción una nave espacial-montaña rusa llamada Trip To The Moon. Claro, en esa época anterior al Apolo, al Sputnik o siquiera antes del avión, el "cohete" era una cosa de madera con alas y muchas lucecitas de colores para atraer al público. Cuatro años después, un paseo en elefante sería otro plus que tendría el Luna Park, junto a una pegajosa (?) cancioncilla:
We'll take a trip up to the moon
For that is the place for a lark
So meet me down at Luna, Lena
Down at Luna Park
Un incendio en 1944 consumió casi todo lo que había en Luna Park.
El segundo parque tenía un nombre mucho menos masculino: Dreamland. De cualquier modo, de dream no tenía mucho, debió llamarse Freakland. La atracción principal de esta cosa, además de los hotdogs, eran los shows de freaks que habían en sus carpas, ya saben...mujer barbuda, gente de un metro, etc. Junto a eso una versión mini de los canales de Venecia y demás. Un mar de luces eléctricas y trillizos críados en incubadoras para dar la impresión de "gente pequeña" también adornaban el lugar. Los hospitales de la zona se quejaban por el "mal" uso que le daban a sus dependencias pero con un par de multas e indemnizaciones todo bien. Se lo devoró el fuego en 1911, y el león que tenían aprovechó su corta libertad para ir por ahí devorando gente hasta que la policía le disparó. Cuenta la leyenda que los bebés de incubadoras fueron parte de las víctimas del incendio.
El dueño del tercer gran parque, Steeplechase Park, vio una rueda de la fortuna en una exposición en Chigago y plageó la idea para su propio parque. Entre otras cosas incluyó un carrusel, unas pocas montañas rusas y demás. Linda idea. En 1907 se incendió. Como el tipo tenía más dinero que sus competidores (y la depresión de 1929 aun no mataba la economía norteamericana) logró reconstruírlo en 1909, esta vez con más acero y menos madera. Para 1939 compró una vieja máquina que le servía en entrenamientos de paracaídismo, la enchuló un poco y tuvo su famoso Parachute Jump. La caída de 80 metros era descrita como "caída libre" por algunos, si bien algunas veces la gente se enredaba en los cables, cuenta la leyenda que "para que los operadores se divirtiesen". Para cuando la Segunda Guerra Mundial se llevó gran parte del público de Coney Island fuera de las playas, cabañas, bares y parques de diversiones, el Parachute Jump se convirtió en ícono de referencia para saber donde estaba el norte. Irónicamente, la principal atracción del parque fue también su perdición. El costo de flete, implementación, enchulamiento, funcionamiento y mantención era alto considerando la cada vez menos gente que iba a Coney Island, al final...le terminó dando pérdidas. Cerró en 1964 pero el mito dice que Parachute Jump funcionó unos pocos años más. Fue el único que no fue devorado por un incendio...bieeen.
Una vez Murray Ostril se perdió en Coney Island, la tierra de los sueños, saltos en paracaídas, elefantes y leones comehombres. Pero lo hallaron. Y había tanta gente en las playas que no podías ni avanzar. La gente se quedaba en las playas para aprovechar cada instante de esa isla, la Tierra de Juegos del Mundo (...que modo más burdo de traducir "Playground"), pero eso ya no pasa. Las cosas cambian. Y la gente ya no duerme en la playa. La depresión de 1929 y los incendios complicaron las cosas para Coney Island. La pobredumbre tenía conexiones ilegales de agua así que, cuando los bomberos finalmente llegaban, se encontraban con una presión muy inferior a la esperada, sumado al viento costero que siempre soplaba, y pronto las cosas de madera eran consumidas. La 2ª guerra mundial, los parques temáticos de otras costas gringas (Disney, Seaworld, etc) remataron a Coney Island a finales de los '60. Los planes de urbanismo intentaron llevar casinos (ilegales desde 1910) y casas a precios baratos, para que la pobredumbre por fin viviese menos pobre. Funcionó relativamente, y la isla (ahora península, ya que los puentes construídos y los diques así lo hicieron) dejó el rubro de ser la tierra de juegos para el mundo, y pasó a ser una ciudad dormitorio.
Saludos a Godspeed You! Black Emperor, a la gente que encuentra "divertida" a Fantasilandia (pobres idiotas...) y los que todos los días viven en sus propios parques de diversiones llamado: Ciudad. Primer post del año 2011, ¡¡yey!!
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