El silbar es una actividad en extinción. Ahora parece reservadas a carpinteros, gente que está disimulando una erección o en su defecto, ebrios. El silbar, es traer a la mente una melodía perdida en tu Alzheimer o atorada en tu subconciente (¿a quién no se le ha pegado una canción?) y, con la gran polifonía que te dan tus labios y lengua, intentas repetir los tonos, usualmente en un nivel mucho más agudo. ¿Qué sucede? La gente que está a tu alrededor oye aquella apacible o molesta tonada que acosa tu hipotálamo, los que te rodean comparten tu dicha o desesperación hacia el compás, es una puesta en común. Ahora es un silencio casi sepulcral, sólo interrumpido por el bocinazo de un auto o el ruido de la Gran Ciudad. Ahora, es gente que se encierra en sus carnes, se coloca dos pequeños artilugios, uno en cada oído, le pone play a un sintético aparato y oye, sólo para sí, lo que la máquina tiene que proporcionarle. Un grupo de personas a menos de 1 metro de distancia pueden estar cada una encerrada en su mundo interno, rehusandose la puesta en común y quien sabe...los cinco pelotudos que están allí física pero no mentalmente pueden ser fans de Death Cab For Cutie y les gustaría si tuvieras una manera de compartir el Marching Bands of Manhattan. Por último, el encuevarse en el par de audífonos está, como muchas cosas hoy...peligrosamente a un click de distancia, al menos el silbar requiere un esfuerzo del aparato respiratorio (y auditivo para no irse fuera de tono), si la gente silbara más...engordaría menos.
Hace mucho tiempo lo dije, de alguna manera u otra se está perdiendo el arte de compartir música, es más fácil bajarla en un cómodo .mp3 y oírla una vez cada muerte de Papa. Ya no escuchamos la música propiamente tal, sólo llega superficialmente el ritmo más básico y, sumado a las almas que nos rodean, aparentamos movernos a su compás. No sé, creo que un tipo que está descoordinado en un Vals es casi hilarante, pero uno que está perreando descoordinado es sólo...uno más.
Y después de la lata de arriba, al tema en cuestión del entry de hoy. En el mismo viaje atrasado en micro que mencionaba antes, caí en la cuenta de que hace mucho que no hago un post musical en mi blog, así que no vendría mal uno. Para cerrar el año pasado, hice un post sobre el disco que cambió mi vida, y para celebrar su cumpleaños uno sobre un ícono de mi nunca bien ponderada existencia, pero falta la tercera pata del trípode: mi banda preferida. Aunque el lugar suele ser compartido con Sigur Rós y, dependiendo el ánimo...Nirvana o Mono; este trío, originario de la isla, originados a mediados de los '90, los conocí a mediados de los '00 y en este mismo momento estoy escuchando (¿para variar?) un disco de ellos. Matthew, Christopher y Dominic: MUSE.
En el mismo "paquete", Joss, mi amiga trasandina, me mandó un tema que comenzaba con un letargo similar al de las Mariposas. La voz de Matthew es casi cortavenas mientras le lanza mierda a sus sentimientos que han sido demasiado lacónicos demasiado tiempo, al final del día...llegaremos a la autodestrucción total. Cuando el último "-ción" es pronunciado, un riff de guitarra que ahora me parece una verdadera firma. Los falsettos de Matt fueron lo primero que me llamaron la atención de Muse. En esta canción, Showbiz, hay un especialmente notable poder bucal de su parte hacia el final; junto a la voz a veces chillona, a veces casi erótica, va una guitarra que parece tan drogada por la
Aparecieron en la escena británica a principios de siglo con su primer trabajo, según algunos el mejor disco, para mí...el de guitarras más dispares y sonidos cacofónicos. Para cuando tenían ya su segundo disco, a eso del 2001 hacen un concierto en Le Zénith en la capital francesa, en donde además de mostrar sus frikis modos de edición de video (hay que decirlo: ese concierto es bien loco de ver), torturan sus instrumentos en hora y media de efectos de guitarra, un potente bajo y la batería siendo masacrada, cuando finalizan con Bliss, no hayan nada mejor que tirar más de 30 millones de pesos (chilenos) por la borda destruyendo todo el escenario. Una buena selección de temas de sus (en ese entonces) dos discos, el Showbiz y el Origin Of Symmetry: Citizen Erased, Micro Cuts (por mucho que Miki
Mientras estaba en vikingolandia, en la tienda de discos de Halden (May God Bless It), noté que decía en una de las vitrinas MUSE HAARP. Demoré un poco en hacer la sinapsis y notar que estaba ante lo que sería mi vicio durante el año entero. El CD-DVD, grabado en el Wembley Stadium el 2007, recoge dos días de un estadio totalmente lleno saltando ante los himnos de Muse, más los temas (en ese entonces) nuevos de su disco Black Holes And Revelations. Destaco especialmente el último tema del álbum que, en el disco en vivo y en bastantes conciertos venideros, sería el tema de entrada. Parece una oda de 6 minutos al anarquismo, al oponerse a lo establecido, a que el de arriba te está mintiendo, está corrompido y debes de ser su antagonista. En su momento de clímax, a estadio lleno, los versos:
No One's Gonna Take Me alive!!!
The Time Has Come To Make Things Right!!!
You And I Must Fight For Our Rights!!!
You And I Must Fight To Survive!!!
Antes de la instrumental Matt gritará a todo el estadio Come On Wembley!!! dejando en claro algo evidente: Muse es una banda para oír en vivo.
Y bueno, hablando de Miki, tal y como Joss lo hizo conmigo hace unos años, a este lacónico personaje le presenté a estos británicos hace un tiempo, y la bola de nieve continuó. Me recomendaron Muse, en una puesta en común que se hizo alguna vez. Compartir música es bueno, aun cuando te hagan callar y te pidan que dejes de silbar, al menos se dieron el tiempo de escuchar qué boludez silbabas hasta notar que les molestaba.
Saludos a los globitos que usaron en Blackout.