Iba a hacer un post en mi muro pero nah, esto es meritorio de algo más explayado. No sé si lo estoy romantizando mucho porque fue una de mis manifestaciones favoritas durante mi año mechón, pero sí creo que tuvo un impacto en nuestra piante sociedad más allá del mismo movimiento estudiantil. Así que sin más preámbulo, he acá un par de líneas sobre lo que ocurrió el martes 19 de julio de 2011: la Genkidama por la educación.
Parte I: The Hype
Corría el otoño 2011. Varias universidades, institutos, colegios y liceos estaban en paro y en toma exigiendo mayor calidad en la educación, mejor acceso y financiamiento, fin al lucro en la educación y mucho más. El gobierno dijo que se necesitaban 1800 millones de dólares anuales para solventar una educación gratuita y de calidad para todos. Así que ese número se hizo símbolo de varias manifestaciones: una besatón de 1800 segundos, correr 1800 horas alrededor de La Moneda. Entre medio hubo Thriller de Michael Jackson, una canción de Lady Gaga, caminar como zombie, y varias cosas coloridas.
Y de repente, a mediados de junio, apareció un video en YouTube de Mario Castañeda que empezaba así: “Escúchenme todos, les habla Gokú. Una fuerza extraña está poniendo en peligro la vida educativa de los habitantes de Chile…”. Mario/Gokú estaba llamando a levantar los brazos en una genkidama que lograse derrotar al lucro en la educación. Un par de días después, apareció Gerardo Reyero (Freezer) y Carlos Bravo (Piccolo), instando a todos a participar de esta genkidama por la educación.
Entre medio también aparecieron las voces del supremo Kaiosama, Oliver Atom (Super Campeones), Homero Simpson y Selena Tsukino (Sailor Moon) dándole apoyo a las manifestaciones que estaban ocurriendo. El tipping point fue cuando publicaron “Chala Head Chala” cantado por Ricardo Silva, adaptando la letra a las temáticas del movimiento estudiantil convirtiéndose en “El GANE no es ganar” (GANE siendo un programa de Piñera para supuestamente arreglar el desastre educativo). El video terminaba con una fecha y un lugar: plaza de armas, viernes 15 de julio. Ahí se haría la genkidama.
Parte II: Salir del clóset
Corría el año 2011. Aún no existía Avengers: Endgame, ni las secuelas de Star Wars, y Game of Thrones era todavía una serie de libros allá lejos que tenía como dos episodios todos mugrosos que sólo los nerds conocían. El punto es que ser ñoño, otaku, geek o nerd era todavía mal visto, era todavía algo que se tenía que ocultar. Era cool bailar Michael Jackson, vestirse como indigente de Valparaíso y hablar con palabras complicadas exportadas del campus Juan Gomez Millas. Pero entre medio salieron estos personajes de series loser a decirte “oye, vos dale. Pelea por la educación de tu país”. El tipo que se disfrazó de Gokú para ir a votar dejó de ser el friki que salió en prensa, y comenzó a ser el ícono y el símbolo. Ser fan del anime y de Dragon Ball era cool porque formabas parte del movimiento que iba a levantar sus brazos (metafórica y literalmente) para detener el lucro en la educación chilena.
Sí es verdad que muchas otras cosas pasaron a inicios de los 2010s que trajeron lo nerd al mainstream: el paulatino desarrollo del MCU, la masificación de redes sociales, 31 Minutos y sus giras del 2012, que los pokemones de los 2000s cumplían la mayoría de edad y empezaron a tener poder adquisitivo, etcétera. Pero no deja de ser que Gokú fue tan vocero del movimiento como Camila Vallejo y Giorgio Jackson. Y ese fue un destape (una salida de clóset, válgase la analogía) que se dio, al menos en parte, en ese contexto de manifestaciones.
Parte III: …y después
El 15 llovió así que se postpuso para el martes 19. Clásicos comentarios chaqueteros que con el cambio de fecha la cuestión funó, que esto es cualquier tontera, lalala. Estuve ahí el martes 19 en la plaza de armas, así que nadie me va a decir que no eran miles de personas reunidas en torno a unos parlantes frente a la municipalidad de Santiago. Y seguían y seguían llegando personas, varios haciendo cosplay de algún personaje de la serie. Al fondo (en los parlantes) se escuchaba un diálogo entre Piccolo, Gohan y Gokú narrando lo que iba ocurriendo, cual pelea épica de los saiyajin versus el lucro. Entre medio, sonaba el opening adaptado de Silva, y la gente levantábamos los brazos. Y por ahí, apareció la genkidama: una pelota a medio morir saltando hecha con PVC y papel de diario, pintada blanca con el cal más barato que encontraron. No importaba. Era la genkidama que iba a destruir el lucro, y bordeando el mediodía, fuimos a dejársela a Piñera en La Moneda. Los pacos mirando esa pelota de PVC y papel de diario, no entendiendo a los miles de pendejos atrás que estaban con las manos arriba gritando “¡FUAAA!”.
Y un par de días después, llegó el 4 de agosto que cambió radicalmente el tono de las manifestaciones. Pero no quitó que esa pelota de PVC y papel de diario, que las intervenciones de las voces de doblaje y que la tropa de locos con las manos arriba en plena Alameda fuesen un gran momento de las manifestaciones de ese 2011, y de la década completa me atrevo a decir. La prensa no tenía idea qué reportar, y Salfate estaba casi llorando de alegría en La Red. No era una cuestión ondera como besarse 1800 segundos, correr por La Moneda o marchar, era una ñoñería que se tomó las calles. Originalmente pospuesta por lluvia, hace diez años atrás un par de idealistas ñoños se reunió en Plaza de Armas en Santiago, acompañados en espíritu por gente en Arica, La Serena, Concepción y otros lados más del país, para levantar sus brazos y darle a Gokú la energía para hacer una genkidama. Una genkidama que destruiría el lucro en la educación chilena.
Saludos a Ricardo Silva, que en paz descanses.
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