jueves, 4 de mayo de 2017

Hace cuarenta años, en una galaxia no tan lejana

Diciembre 2015. Cine Hoyts de Plaza Egaña. Vi un tipo vestido de Jedi subiendo la escalera mecánica, espada láser y todo el conjunto. A su lado su hijo disfrazado de Darth Vader, mismo nivel de producción. El tipo del cine empieza a cortar los tickets. Entramos. Me pongo a conversar con una pareja sobre C-3PO y R2-D2. Empiezan los tráilers, se apagan las luces, dice LUCASFILM en la pantalla. El cine estaba lleno y se llegó a oír cómo todos aguantamos la respiración al aparecer “A long time ago, in a galaxy far far away…”. Era pescar el aire con cuchillo y echárselo al pan, así de tenso estaba. Y explota John Williams al salir STAR WARS: THE FORCE AWAKENS en la pantalla. La gente aplaude de pie, espadas láser se baten por todo el cine, tipos haciendo gritos de Chewbacca y alguien grita “¡Jar Jar es un Sith!”.  Fue la euforia nerd más maravillosa que he presenciado en la vida (y he presenciado su buen par).


May the 4th be with you”, el 4 de Mayo, es el día de Star Wars declarado por los fans. Da la coincidencia de la broma fonética y que el 25 de Mayo de 1977 se estrenó la primera película. Sé que internet estará llenísimo de reviews, rankings o datos freaks para conmemorar la fecha, y yo quiero ir en una un poquito más personal. No todos pueden decir que tu franquicia cumplió cuatro décadas de edad, y que el 95% de los diálogos de tu película se convirtieron en frases de culto o memes.

Yo nací harto después del ’77; mi primer encuentro con SW fue en el ’99 cuando salieron las primeras Ediciones Especiales y mi papá me semi-obligó a ver A New Hope con él. Yo, pendejo de mierda, más que encandilarme con la película, me sorprendí de cómo le brillaba la cara a mi viejo cuando Luke enciende el lightsaber de Anakin en Tatooine, o cuando Obi-Wan le dice “Let go, Luke! Use the Force” en la Death Star. Vi las (en ese entonces) cuatro películas unas dos veces…y cagué, me hice fan.


Sé que historias como la mía no son raras, e internet ha sido pivotal en difundir estas historias que entre padres y madres le muestran las películas a su descendencia, y el ciclo sigue. Y al que me ose ningunear SW los números están de mi lado: franquicia más exitosa del cine, una de las marcas más rentables del planeta, y una literal revolución en cómo hacer cine y cómo contar historias. Después de cuarenta años A New Hope no ha envejecido y eso también es digno de destacar. La carisma de Han Solo y C-3PO que hacen que no los puedas odiar, el viaje que tiene Luke de granjero quejón a héroe de la Rebelión, Leia que nunca fue damisela en peligro y aguantó todo lo que los malos le tiraron. Anakin y su auge, caída y redención, el Emperador siendo la maldad pura y Yarael Poof que va a buscar pizzas.

El siglo XXI le trajo hartas cosas a SW y no tiene cara de querer parar. Le dio tres películas que muchos preferimos omitir, una explosión de Universo Expandido e historias paralelas de personajes que vivieron dos milenios antes que Luke y Anakin, etcétera.

Sí, Disney compró los derechos de SW el 2012 y decidió des-oficializar todo lo que no fueran las seis películas y la serie The Clone Wars; para varios ese fue un golpe feo. Por un lado tenías todas estas historias geniales que no llegaron a film pero que eran tan “nuestras” como las del cine (¡Quinlan Vos!), pero por otro llegamos a puntos ridículos en varias partes. Digan lo que digan, los clones de Palpatine y que media Rebelión fuera Force-sensitive los hallé una pelotudez tremenda.


Rebels empezó como una serie colorida e infantil, pero de a poco se han afirmado en ser el nuevo cánon y contar las historias que alguna vez los cómics hicieron. Las nuevas Force Awakens y Rogue One siguen el legado que Universo Expandido y películas tuvieron alguna vez, y los fans siguen aplaudiendo de pie a Mark Hamill cada vez que entra a un lugar público.

Como dijo un grande “Mi aliada es la Fuerza y una poderosa aliada es, de la vida es la creadora, crecer la hace, su energía nos rodea a todos y nos une, luminosos seres somos, no esta cruda materia”. Hoy Star Wars es más que la película, sus actores o sus guionistas. Es una parte inefable de nuestra cultura y va a estar con nosotros un buen rato. Cuarenta años más, como mínimo.



Saludos a Ian McDiarmid.

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