martes, 29 de septiembre de 2009

Los monos animados

Esto se leyó en un trabajo sobre la Comparación del concepto de Belleza Medieval y Actual, me gustó como quedó...

Cuando se ven las diferencias entre cómo apreciar las cosas entre nosotros y quienes nos precedieron, se suele tomar la Mona Lisa, la Capilla Sixtina, el pensamiento, el desnudo, la verdad, Dios, y otros tópicos que parecen sacados de un Congreso sobre Arte (o un Taller Literario), cuando es tan fácil como prender la tele. Hace un par de décadas era el Coyote queriendo atrapar al Correcaminos, hoy Calamardo que no soporta a Bob Esponja.


Antes, eran dibujos e historias bastante simples. Analicemos el “perfil” del icónico Bugs Bunny, es un conejo astuto que come zanahorias. Punto. Se puede ver cualquier capítulo de la Merry Melodies y se entiende en poco menos de un minuto cómo es él, el resto es una hilarante y minimalista desventura entre un cazador obsesionado con matar al “guonejo”, un pato materialista y avaro tan astuto como su colega Bugs (sólo que a él le salen mal los planes), etc. ¿Por qué Silvestre quería atrapar a Piolín? ¿Por qué Tom a Jerry? ¿El Coyote al Correcaminos? Porque…así son las cosas, no había mayor dificultad intelectual en entenderlo, era mucho más inocente. Pero a su vez, un adulto también podía ver patrones que sus hijos quizá no. Bugs vestido de mujer para engañar a Elmer, Porky que era un pobre tipo de clase media y le pasaban los infortunios típicos de, y Lucas que le solía vender cualquier pelotudez. A medida que más episodios se ven, más se entiende el (poco) desarrollo de personajes, pero basta ver uno para también entenderlo.

Avanzamos un par de décadas, se cae el muro y la cortina de hierro. Aparecen series que en nuestra infancia/juventud vimos como Rugrats, El Laboratorio de Dexter o Las Chicas Superpoderosas. Ahora había un contexto, un niño genio con un laboratorio secreto, su hermana que es una estúpida y casi todo lo opuesto a él. Sus padres jamás se enteraron, tiene un archirival genio y siempre que tiene la oportunidad compite contra él (y que está enamorado de Dee-Dee), había una trama. Ya no se podía recurrir a gags de 15 minutos, todos los capítulos formaban una trama. Su rango etáreo era bastante amplio, Dexter (por ejemplo) iba desde ridículas explosiones por el “uuuh! ¿qué hace este botón?”, hasta mensajes de amistad y compañerismo, contados de un admirable modo que NO era cursi.


Ocurre un fenómeno extraño que de lo lindo son dibujos estilizados y tramas acogedoras y cálidas, pasamos a dibujos feos, mensajes subliminales y el placer en ver sufrir a otro. Tomemos el caso de aquellos padres (de los cuales sólo existen desde la cintura hacia abajo) que adoptan a una vaca y a un pollo como hijos, ella es una inocente rumiante que juega muñecas (un cerdo verrugoso), él un materialista que con sus amigos (que solía manipularlos) intentaba siempre salirse con la suya. Agregamos un tipo rojo gordo sin pantalones que es un demonio sadomasoquista, una profesora gritona, un primo pollo que no tiene huesos, una oveja que por ser negra es siempre la culpable de todo, que vaca pudiese transformarse en una incoherente SuperVaca que hablaba inglés, etc. Y lo más importante: la comida preferida eran traseros de cerdo.
Un ícono pop
Y hoy por hoy, la historia pareciese volver a situaciones simples, o quizá simplistas. Un niño de gorra rosada tiene dos hadas madrinas que le cumplen sus deseos, una de esas hadas resulta ser un incompetente y su colega (que es su esposa) debe actuar como voz de la razón porque ni él ni el niño a quien cuida tiene las neuronas para. Sumamos a eso que los papás de este niño son aun más atolondrados. Una niñera malvada, un tipo pobre con frenos, un niño genio que la CIA le pide haga experimentos, etc, Timmy Turner y Los Padrinos Mágicos y su generación como Bob Esponja o la actual programación de Cartoon Network son o series con el único fin de hacerle pasar un buen tiempo al infante que lo ve, o da el mensaje de un modo extremadamente cursi. O quizá simplemente el autor de este texto no le haya sentido a una Esponja que vive en una piña, su vecino un calamar amargado que toca el clarinete o una ardilla que vive en el fondo del mar. La belleza de las caricaturas es percibida por el público a quienes está dirigido, por eso no se extrañe si los episodios de 1931 de Mickey Mouse le parecen algo…añejos, o la nueva temporada de Mi Compañero de Clase es un Mono demasiado infantil.


Saludos a Crabs, el Cerdo Verrugoso

2 comentarios:

  1. Te lo dije en msn... Me caia mejor el Oso apestoso.
    Pero no se... ultimamente creo que las series de "monitos animados" estan decayendo. Bob sponja esta decayendo... Lo mejor para mi fue la epoca de Dexter y La Vaca Y el Pollito.

    Nostalgico

    ResponderEliminar
  2. Obra maestra. Y seeeh, La Vaca y El Pollito y Dexter's Lab eran de culto. No habrá época así en la TV otra vez.

    ResponderEliminar