lunes, 23 de mayo de 2011

Meh...aún soy humano. Y la historia de cómo me conmovieron en la micro en tres actos.

Amiina es bastante Sigur Rós a veces. Empiezan muy felices con tonadas como Sogg y Rugla con la que sientes esa calidez islandesa que te llena la epidermis. Luego van con Sexfaldur y te elevan al infinito las ganas de recogerte sobre ti mismo y abrazar algo que tengas cerca. Culminan con Boga, que algo hereda dl Avalon del Ágætis Byrjun o Heysatán del Takk..., un lánguido epílogo de 45 minutos de viaje invernal. Jónsi es notable profesor de música, una colaboración entre el novio de Jónsi (Alex Somers), Amiina y él sería un viaje con el que probablemente o termines llorando o totalmente sedado, o ambos. Happiness, Daniell at The Sea, Stokkseyri o Sleeping Giant, del Riceboy Sleeps (ya saben, ese disco de la pareja homosexual más melolágnica de Islandia) son un verdadero desafío de oír, de entre las variadas veces que me he tirado al piso a escuchar el CD, son pocas las veces en que logro quedarme despierto durante la hora y algo que éste dura. Poderoso sedante.
Algo tienen las calmas notas del disco que me resuenan en la mente casi todos los días en la mañana, en esa larga micro a la U. Tengo la suerte de estar a sólo una micro de distancia ida y vuelta así que, una vez que me pongo cómodo en el asiento, mirar por la ventana y pensar en la nada y el todo a la vez es casi automático.
Ese día en particular no ocurrió mucho. Reunión de EPA (el grupito que cuidamos kiltros en la facu, vea entry anterior), un bostezo en el paradero, y pasó la micro que a mi casa me llevaría. Varios asientos llenos, los vacíos estaban atrás y la flojera fue más fuerte. Como saco de papas me dejé caer sobre una de las paredes del Transfiasco, cerca de la puerta para bajarse. Mis manos olían a perro (sí, tengo la manía de acariciar a los del campus), mi ropa tenía pelos blancos, y yo entre cansado y desganado por la existencia en este universo. Una señora se subió con esfuerzo, levantó el brazo tembloroso y pagó su pasaje. Le costó pasar por el torniquete. Le echaba mínimo unos 75 años, quizá menos pero las causas parece que le pesaban, y mucho. Una bolsa que no se veía muy ligera la llevaba a su hombro, vio de reojo a través de sus borrosos lentes si había algún asiento desocupado. Ninguno. Se puso al lado mío, apoyada en la misma parte de la micro. Transantiago tiene en todos sus buses al menos dos pares de asientos para discapacitados. En el ícono dice que se le dé el asiento a embarazadas, lisiados y gente de la tercera edad. Esta señora, era de la cuarta. Y ninguna de las tipas que cómodamente tenían sus nalgas en los asientos preferenciales para discapacitados siquiera se inmutó. Los semáforos pasaban, y una de las tipas sentadas, que ni 18 habrá tenido, se la quedaba mirando. Murmuraba para sí si darle ó no el asiento, lo comentó con la mujer que tenía a su lado, quien por el efectivo monosílabo que pareció darle, ella no jodió más. Y seguían pasando semáforos, noté que la anciana tenía una joroba a lo Notre Dame en su espalda, y aún ella de pie. De la nada, una mujer en la parte trasera dice "Señora, siéntese acá". Culpar a la sordera por la edad, el ruido de la micro, no sé...pero la anciana no escuchó. Estando yo más cerca, le dije que la mujer le llamaba, ella miró hacia atrás y la vio haciendo el gesto "siéntese aquí". La inercia de la micro le impidió subir los dos escalones hacia la parte trasera, con un débil disculpe se apoyó en mi brazo y se sentó allá. La tipa que ni 18 habrá tenido se quedó mirando a la anciana, mientras las otras tres tipas continuaban encerradas en su mundo.

Escuchar Go (el disco de Jónsi) mirando hacia la ventana en un día notablemente nublado es una loca antítesis [Ya lo dije, lo sé]. Curiosamente el tema que mejor me sonó fue Grow Till Tall. Cuando la escuché la primera vez me dije "Jónsi sencillamente no soportó el no poner una canción depre en el CD", pero llegó a la parte de los gritos fumados a lo Popplagidd y mis tímpanos reaccionaron de inmediato. Eternos "Know...You Know...You", las versiones en vivo que he robado de internet son casi como un Popplagid feliz, si es que la comparación fuere posible. Grow Till Tall debería ser el tema que cierre Go, quizá para no darle un aire ( ) Jónsi puso otro tema luego.
En uno de los asientos, había un papá con su hija sentada entre sus piernas, el papá en son de broma le comenta a su retoña "No le dio el asiento porque era viejita, hubiera sido un rubio y le da más que el asiento" refiriéndose a la tipa de menos de 18. Sonreí para mis adentros.
Es normal que en Sta Rosa se suban personajes a vender productos de dudosa salubridad, o a cantar canciones de mierda con voz de mierda y karaoke de mierda. La viejita ya se había sentado y el aire se había calmado, cuando este personaje se subió. Se veía golpeado por el sol de mediodía, ofrecía chocolate Trencito a $100 y sustancias al mismo precio. Un bebé se quedó mirando la rosada sustancia rosa (que jamás he sabido qué es), como si con la hipnotizante mirada su mamá se daría cuenta y le compraría. Personalmente, también me interesé. Hace milenios no como esa diabetes envasada y la verdad me habría gustado el viaje por la nostalgia. Pero entre que no quería tener a un mocoso mirándome con cara de "Yo también quiero" y que ni $100 tenía, ...no compré. El tipo pregunta una vez más, esta vez en un disimulado tono de súplica si alguien desea. Su bolsa de paquetes de sustancias estaba casi llena, había vendido sólo una. Los chocolates Trencito se veían más optimistas, le quedaba como media caja. Mirada rápida, toca el timbre, se baja en el siguiente paradero.

Siempre me ha parecido una extraña imagen, ver al más indecente de los púbers, con ropaje de quien sabe cuánto dinero, celulares costosos, caminata egocéntrica y corte de pelo ridículo, pasar por debajo del torniquete del bus. Mientras el sujeto más destartalado, con trapos que no han visto detergente en semanas, grasa en todo el traje y polvo en lo que queda de él, pagan sus $560. Llegando ya casi al final de mi viaje, se sube una pareja de ancianos. Ella hace el "Bip!" sin problemas, a él le suena la luz roja. La micro parte con total normalidad. Él se asusta. Le suena de nuevo la alarma y la lucecita roja. Le pregunta qué hacer al conductor. Él con indiferencia le dice que nada más pase. El anciano no sabe sencillamente qué hacer. Pasar es una infracción y él no quiere hacerla. Dos triquiñuelas en el torniquete y el anciano logra pasar. Mira fijamente la entrada al bus, como si hubiese matado a alguien y el cadáver aun estuviera tirado allí. Mira a su esposa con pavor, ella ni parece importarle. Todo el mundo pasa ¿Qué más da si lo hace él? Parece, que le daba mucho. ¡Ah! Y para que decir si alguien en los asientos preferenciales se lo cedió. Presioné el timbre mientras el abuelo aun veía asustado al conductor, el torniquete y a todos los pasajeros, como si le recriminaramos eternamente el pecado inexorable y sin perdón que acabase de cometer. La puerta se abrió. Bajé. La tipa de menos de 18 aun se sentaba en el mismo lugar. La micro se alejó, crucé la calle, me dirigí hacia mi depto. La voz de Jónsi en su "Know...you know...you" resonaba en mis hemisferios cerebrales. ...Interesante descubrimiento, mi misantropía aun no alcanzaba niveles críticos. Y cómo será, que la cara del tipo vendiendo Trencito, la señora de la joroba y el anciano aterrado aun vagan entre mis neuronas una semana después.
El Playlist dice: Jónsi - Grow Till Tall [Live]. (Por tercera vez o algo así, Last.FM lleva la cuenta)


Saludos a Paulina Rubilar.

sábado, 7 de mayo de 2011

Un Buen Comienzo, Parte VII

Siglos que no posteaba algo acá. Temo que hasta se me seque el cerebro y termine procesando ecuaciones y mapas mentales de plantas vasculares, y pierda la capacidad de decir y hacer incoherencias y llenar un blog con ellas. ¿Qué estoy diciendo? Eso no pasará. Paranoia de 15 segundos, a cualquiera le pudo pasar.
Han pasado dos meses desde que dejé mis tierras provincianas, a vivir a la gran (y no muy grata) ciudad de Santiasco. Capital de la república chilena, diecisiete millones de habitantes, muchos para mi gusto. Demasiados. Excesos. Odio tanta gente. Pero bueno, no todo ha sido gris como los amaneceres santiaguinos, y no todo ha sido tan frío como las mañanas en las micros. Y particularmente, aunque me estén apaleando con la Universidad (y aquella carrera llamada Ingeniería en Recursos Naturales Renovables) ésta como entidad no está tan mal. Y lo mejor, mi necesidad de estar rodeado de canes se ve satisfecha ante la gran prescencia perruna de la facultad.
Los kiltros abundan. Estar al lado de la Facultad de Veterinaria hace creer a la pobredumbre que este es un paraíso canino. Nada más lejos de la realidad pero ¡hey! Alguien me mueve la cola al entrar, así que gracias gente irresponsable por hacerme ese pequeño favor. Y bueno, siguiendo el negocio familiar (mi hermana estudiando técnico veterinaria por enésimo año al nunca poder pasar matemática hahaha) me uní al grupo cuida-kiltros del campus. Para que luego no digan que no hago nada por el universo. Y curiosamente, mi misantropía se ha visto algo mermada (o quizá maduré, o quizá al 2º ron todos somos amigos) y he logrado entablar parloteo con la gente de mi curso. Buena gente, mala gente. Gente estudiosa, gente vaga. Gente para todos los gustos. Y el haber pocos provincianos enardece el siempre idiota discurso pro-descentralización planteado a mi modo. Léase: puras incoherencias. Tengo la beca de alimentación así que mi paladar se deleita con los manjares antumapinos [antumapino: gentilico del Campus Antumapu, donde reside mi trasero ocho/cinco/tres horas diarias a la semana], estómago feliz porque acá en casa la comida si bien no es poca, la flojera y los desconocimientos culinarios son extremos. Y eso que no vivo solo; al final el campamento base a pies de Providencia terminó siendo una estafa (la vieja nos cambió todas las reglas del juego) y como diría un amigo bonaerense "todos putos", terminé mudandome un poco más al centro, a compartir el departamento con el hijo de un ex-colega de mi vieja. Las vueltas de la vida.

Coloqué el reproductor en modo aleatorio, salió una canción que hace milenios no oía. El One Hit Wonder (quizá...) de La Ley, esa banda chilena que nunca le he puesto demasiada atención. Hay que decirlo gente, el rock chileno no me atrae. ...Hablando de Rock Chileno, habría que más o menos contar qué fue del Lollapalooza Santiago 2011. No lo negaré, el no ver a Arcade Fire, Arctic Monkeys o Silversun Pickups en el cartel fue una gran desilusión, y Kanye West fue casi un boleto directo a no ir, ...pero dije algo similar a Maquinaria 2010 y aún me arrepiento (¡¡Pixies!!) de ello. Convecerme de gastar $60.000 en música en todo caso, es sencillo. Yeah Yeah Yeahs (cuya única canción que conocía era Y Control, video que amé por la mocosa cortándole la mano a un niño) se terminó bajando, así que mis oídos iban por Dënver, banda de San Felipe, The Drums californianos, Cansei De Ser Sexy desde Brasil y...el resto a lo que venga. Irónicamente el "A lo que venga" resultó ser lo mejor. Como bien estuve cacareando las semanas siguientes al festival:
"YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!! YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH YEAH!!!!" De Flaming Lips sabía que existían porque Last.Fm más de una vez me los ha mencionado, pero nunca me los recomendó y nunca me digamos...senté a oírlos (lo mismo pasa con enormidad de bandas. Aún tengo esa cuenta pendiente con Ulver, Tool y Gustav Mahler). La semana previa bajé el disco Yoshimi And The Pink Robots (o algo así) y el disco que empieza con la canción del link de arriba, que curiosamente jamás oí hasta luego del concierto. Yoshimi se caracteriza por música en general bastante...volada (y lo dice alguien que oye Franz Ferdinand, Pg.Lost y Evpatoria Report), lenta en general pero no depresiva. El mayor éxito (según los Scrobblings) se encuentra en este disco así que mal no lo hacía en oírlo. Do You Realize? es una linda balada en que básicamente le preguntamos a ella "¿Te das cuenta que tienes la cara más bella?". Algo me recuerda a Tonight Tonight de los Smashing Pumpkins. Llegué algo tarde al concierto de los Flaming por "detalles que no importan" así que jamás oí el primer tema. Do You Realize? sonó en tercer lugar y me sentí bien por oír algo que reconocía. El resto fueron unos siete u ocho temas que ni en pelea de perros había oído (y el tema homónimo de Yoshimi and the Pink por ahí), en algún punto del concierto ese "Come on Motherfuckers!!! Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah!!!". Sencillamente, lo mejor del Domingo. No, aun no me "siento a escuchar" a los Flaming pero se han ganado una estrellita en mi catálogo Kanto de Tení que escuchar esta wea wn!!!. El Día Primero del festival (Sábado) no se quedó atrás. Otro descubrimiento (del cual no tenía prostituta idea ningun canción) fue lo que me casi produce devolverme a las 17.00 a mi casa a descargar música compulsivamente, porque sabía no oiría algo mejor. James es una banda ochentera (al igual que los Flaming) británica, que se separaron y ...bastante jaleo. El punto es que, gracias a la imprevista ausencia de Yeah Yeah Yeahs, tendrían 15 minutos más para su concierto. Desde detrás del público apareció un viejo tocando una guitarra acústica, gritos en el Coca Cola Zero Stage. Un calvito con un gorro de lana salió de la nada cantando. Resultó que eran los músicos de James. Primero, notable la aparición de ellos...segundo, notable canción. Say Something en versión pseudo-acústica me dejó una grata sensación. El resto (canciones que nunca oí antes) fueron notables tonos, guitarras, percusiones, danzas a lo Thom Yorke, ...épico. No tenía idea quienes eran, qué tocaban o cuantos discos tienen, pero la cosa era seguir oyéndolos. Sentimiento que sólo me ha pasado con contadas bandas...y ninguna en una experiencia en vivo. Pulgar para arriba hacia James, nada más que decir.
Post-Rock siempre es bienvenido y, para alguien que nunca había oído Post-Rock en vivo, la experiencia fue un orgasmo. The Ganjas se llaman, de Chile son, y en el Tech Stage tocaron. 45 minutos de headbanging, luces a lo Explosions In The Sky, un tipo que tocó las maracas en el concierto de Radiohead (dato freak que leí ayer) hace dos años, y...¿ya mencioné las luces locas a lo Explosions In The Sky? Recuerdo en la última canción estar en una melolagnia absoluta, el riff casi-casi recuerda a Mono [presiento que un conocido sueco querrá matarme...], la letra...meh, francamente no importa. El post-rock no debe ser hecho con letras, a menos que seas islandés. Y bueno, con The Ganjas saqué lo que en opinión de un amigo fue la mejor foto de mi Lollapalooza:
Reconocer que está buena hehe. Una de las pocas bandas en que la acústica de mierda del Tech Stage (Teatro la Cúpula del Parque O'Higgins) no mató, es más...ayudó. En serio, no quería oír cantar al tipo, el post-rock no debe tener voz a menos que seas islandés. Detalle notable es que Coca Cola estaba regalando vasitos de Coca Zero en unas esquinas del parque, quien sabe...publicidad gratis, altruismo o lo que fuere. No importaba qué tan hecho mierda me dejaran las bandas, era sagrado recuperar energía y el aliento allí. Además, con esos precios...mala experiencia, definitivamente el sistema de tickets (cada ticket valía $1.000-$1.500 [Dependiendo la cantidad que comprases) fue una patada en los huevos para los bolsillos. Por lo demás, pulgar para arriba a Lollapalooza, los veo el 2012.

Como suele ser y yendo al tema central, el título...mi saga de Buenos Comienzos...continúa. Ver en Chile un cd de Sigur Rós es algo que me hace sentir una gran calidez por dentro, tan mal no estamos. Si bien me puedo jactar (y Miki no) de tener la discografía completa de los islandeses (salvo Von que sólo lo quiero por coleccionista y Hvarf/Heim que es cuestionable como "discografía de estudio") y de haber retumbado la casa con Popplagid, Ny Batterí, Hoppipolla, Ara Batur, Svefn-G-Englar, etc...el ver el disco de Jónsi acá fue una sorpresa absoluta. La idea era ir al FeriaMix que se encuentra en el centro a gastar los $16.000 que me sobraron de la compra de unos audífonos bastante macanudos (larga historia cómo obtuve ese capital hehe). El viaje me llevó al Eurocentro y, dijiendome a mí mismo "Mismo, veamos qué hay acá" entré. Una tienda del primer subtérraneo, no muy lejos de esas estampadas de Megadeth, Iron Maiden y poleras negras. Discos de Muse a $10.000, Mogwai, Radiohead y Morrisey. En un estante estaba tímidamente Swoon de Silversun Pickups (imaginarán qué grité en mi mente) y en una vitrina, haciendose compañía, tres obras maestras. Med Sud I Eyrum Vid Spillum Endalaust, atracito el Takk... y atracito Go. Pregunté el precio (esperaba oír cifra similar a la que cierta página sueca muestra), no la pensé dos veces, no se de dónde saqué dinero extra y llegué a casa con el nuevo material de Silversun y con el disco más feliz que conozco: Go. Tornado, Boy Lilikoi y Animal Aritmethic suben el ánimo de cualquiera, oírlos en un día nublado es una antítesis tan...Sigur Rós que es sublime. En la U quizá no tenga notas destacables pero al menos oído feliz, corazón contento. El rumor dice que viene Pearl Jam, Foo Fighters y hay optimismo respecto a Coldplay y Arcade Fire. Mi bolsillo se destrozó el año pasado con tanto concierto, ¿seguiré la "tradición"? Acabé rápido con eso de "...un concierto al año".


Saludos a la Alcachofa.