sábado, 23 de junio de 2012

Un hombre muy exitoso

Él era un hombre muy exitoso, pero muy ocupado. Su despertador suena a las 06:30 en punto, se despierta, se coloca a los pies de la cama, hace diez flexiones de brazos y diez de piernas. Va al baño. Abre la llave del agua. Usa un jabón que humecta la piel. Se echa un poco de shampoo en la mano y luego se lo esparce por el pelo, el shampoo es importado de Francia y mantiene y estimula el brillo. Se seca, sale del baño. Ve su reloj despertador, son las 06:43. Ayer se demoró un minuto más porque la toalla estaba guardada. Hizo una buena inversión al dejarla cerca de la ducha antes de irse a dormir la noche anterior.
Se acerca a su ropero. Elige una camisa de seda color blanco invierno. Un traje Studio Italia para combinar. Una corbata roja. Zapatos bien lustrados. Antes de salir, revisa su iPhone 4S comprado en Escandinavia, ve si tiene alguna llamada perdida o mensaje que haya llegado durante la noche. Mientras abre la puerta de su casa contesta los dos mensajes y llama a su mamá para decirle que este fin de semana la llevará a ese restaurant tailandés que le gustó tanto. Se coloca su reloj de pulsera Bulova Marine Star comprado el invierno pasado en un viaje de negocios en Suiza, toma las llaves de su auto y sale de casa. Él es un hombre muy exitoso que puede darse tamaños gustos.

Maneja un Ford Mustang GT de transmisión manual, comprado hace unos dos años. El motor pertenece a un auto de carreras, él se lo compró a un corredor NASCAR para su vehículo. Tiene frenos Brembo, ruedas Toyo y asientos Sparco. Su auto, rojo brillante, ha salido dos veces en la revista del fin de semana, y cuatro sitios de Internet han escrito artículos sobre él y su dueño. Sin duda, él es un hombre muy exitoso. Abre la puerta, le da un portazo a la hora de cerrarla, enciende el ruidoso motor y arranca. Maneja unos cuarenta y cinco minutos desde el barrio alto de la ciudad hasta un edificio de importantes oficinas en el centro. Hace un gesto para saludar al portero, estaciona su auto y se dirige al ascensor. Piso diecisiete. Lo recibe su secretaria quien le sonríe silenciosamente. Llega a su oficina, se sienta en su silla de cuero texano y enciende su computador. Mientras éste carga, revisa los archivos que dejó su secretaria en el escritorio. Con las dos primeras hojas él sonríe, las ventas fueron todo un éxito. La siguiente le hace fruncir el seño, necesitarán invertir un poco más para no perder esos propietarios. Otra lo llena de asombro, los clientes asiáticos están de acuerdo en formar una sociedad anónima con su compañía. Una de las últimas lo hace exclamar de felicidad. Pronto la marca de calzado belga llegará al país gracias al acuerdo que él firmó.
Se gira en su silla de cuero texano y ve por la ventana el centro comercial al otro lado de la calle. Están poniendo un gran cartel promocionando la nueva película de Pixar en 3D. Sonríe al pensar que él puso esa sala 3D en la ciudad. No puede sonreír mucho porque una llamada telefónica lo devuelve a su escritorio. Él podrá ser un hombre muy exitoso, pero también está muy ocupado.

El sol ya está en lo alto y ha contestado veintidós llamadas telefónicas y ha respondido innumerables correos electrónicos. Está saliendo de una reunión con una firma norteamericana y, mientras vuelve a su oficina su secretaria le sonríe silenciosamente. Preocupado por no tener noticias del barco de carga que venía de oriente llama al encargado. Se alivia cuando le dicen que en la madrugada cruzó el Canal de Panamá y que llegará en dos días más. El hombre muy exitoso pero muy ocupado ve la hora en su reloj Bulova Marine Star. Toma su abrigo, las llaves de su auto y sale en silencio. Los empleados de la oficina lo ven salir sin decir una palabra pero ni lo interrumpen ni lo cuestionan. Él es un hombre muy ocupado y probablemente debe salir urgentemente a atender un negocio.

Su Mustang GT ruge mientras sale del edificio y se aproxima a la autopista. Acelera y en pocos minutos ya se encuentra saliendo de la ciudad. Él está muy ocupado así que debe ser rápido al manejar, pero siempre atento al volante. Ya en las afueras de la ciudad, detiene su Mustang GT rojo brillante al borde del camino. El brillo del auto se ve potenciado por la hora y dos viajantes detienen sus propios vehículos para sacarle una foto al Mustang. El hombre ocupado no se ve a través de los vidrios negros polarizados. El motor del Mustang se apaga y el hombre exitoso coloca una canción de Pink Floyd en el equipo de audio, le sube mucho el volumen. Apaga su iPhone 4S. De la nada se larga a llorar.

Llora y grita con desesperación. Toma su billetera y saca una foto de dos niños. Uno de ellos era él. El otro era su hermano que falleció hace casi un año atrás. Él estaba muy ocupado cerrando un trato con Samsung y no pudo asistir al funeral. La última vez que lo vio fue semana y media antes de su muerte, con el cáncer ya bastante avanzado. Comienza a gritarle perdón a su hermano que le sonríe en la foto. Ve el lugar donde capturaron la imagen. Una antigua cancha de fútbol, ahora convertida en un centro comercial. Un centro comercial que el hombre exitoso ideó y planeó, incluso puso un cine 3D ahí. En la foto los dos están llenos de lodo y con una sonrisa de oreja a oreja. Una lágrima cae en la foto mientras el hombre sigue gimiendo. 
Saca otra foto de su billetera. Es una foto de su primera esposa, el día de la boda. Llora desconsoladamente. Estaba muy ocupado en ese entonces iniciando negocios con la compañía en China, no le ponía atención y ella se hartó, ambos se dijeron cosas que realmente no sentían; dos meses después ella le contestó que si bien no se arrepentía de la separación, había cosas que ella no quiso decir y se disculpaba por ellas. Él aceptó la disculpa pero estaba muy ocupado para hacer lo mismo.
La tercera foto es de su secretaria y otros de sus empleados. Fue una noche en un bar que salieron a celebrar un triunfo de negocios. Salen siete personas y el hombre exitoso. A dos de esas personas las tuvo que despedir por recorte de presupuesto y mantener los ingresos de la compañía. Estaba muy ocupado para decirles que fueron excelentes en su labor y que les deseaba lo mejor. Ahora sus llorosos ojos se centran en su secretaria. Todo este tiempo ha estado muy ocupado para decirle que la considera una gran amiga y que ese peinado con rizos le sienta bien.
Lo último que saca de la billetera es su cédula de identidad. Mira con pánico la fecha de nacimiento y se da cuenta de que el imbatible tiempo le está pasando la cuenta. No tiene esposa, no tiene hijos, no tiene realmente algo a que aferrarse, muchos negocios y manos estrechadas alrededor del globo pero nada que él sienta real. Deja de gemir y comienza simplemente a llorar en silencio. Mira las cuatro cosas que tiene en su mano y se queda totalmente quieto mientras unas lágrimas se deslizan por su rostro.


El hombre exitoso respira hondo, guarda todo en la billetera, saca unos pañuelos y se limpia su rostro. Saca una botella de agua mineral de la Patagonia y bebe unos pocos sorbos. Repite su nombre en voz alta para asegurarse de que no suene que estuvo llorando. Se ve por el espejo retrovisor y no hay rastro de lo que acaba de ocurrir. La canción de Pink Floyd acaba, él baja el volumen nuevamente, enciende el motor.
Él es un hombre muy exitoso, pero muy ocupado. Aun así, ha sabido equilibrar trabajo y vida personal. Todos los días se dirige al mismo lugar para llorar y ser él mismo. Así vuelve sereno y calculador a la oficina para continuar siendo un hombre exitoso. Gracias a eso, a pesar de estar siempre muy ocupado, él es muy exitoso.
Me tomó muy por sorpresa el cambio en la edición de Blogspot, por un momento creí que no podría seguir editando. Pero, oh bueno. Cosas que pasan. Que quede registrado que esta debe ser una de las poquísimas veces que no mato al protagonista. 
Argh, realmente no me gusta el nuevo estilo que tiene esta cosa para editar...se ve que soy de otra generación. Saludos a Akiyoshi Hongo, creador de Digimon, que celebrará el 15º aniversario de su saga dentro de la próxima semana.

sábado, 7 de abril de 2012

La Review que nadie hizo, "porque prefería estudiar y hasta leer"

Lollapalooza 2012 fue en muchos sentidos una experiencia que no se olvida fácil ni rápido. Meh...aun me acuerdo de los Flaming Lips y Dënver del año pasado así que la primera frase está algo de más, pero era necesario empezar con algo. Este año la sorpresa musical está (como siempre) repartida en quien te gusta más, algunos saltaron con Arctic Monkeys y Björk, ...yo apenas. Otros se quejaron del sonido de Foo Fighters, yo estuve con dolor muscular tres días. ...Hermoso. Pero no vengo a hablar de eso ahora.
En las horas y días post-Lolla floreció en internerd una serie de fotos, reviews, comentarios y cosas varias de las diversas bandas que actuaron en el festival. Muchos bits han corrido sobre TV On The Radio, Skrillex, MGMT, e te cé, pero en un googleo rápido no parece haber nada contundente relacionado a uno de los shows más esperados de todo el festival. Y aquel show es de una agrupación chilena. ¿Por qué nadie pareció pescarlos? ¿No era rentable? ¿No era cool? Para nada. Llenaron su recinto, con sólo tres temas el público ya estaba entregado, ...así que un sentido tributo a lo que sin duda alguna fue una de las mejores cosas del Lollapalooza 2012. Con ustedes: los calcetines.

Actuaron durante los dos días, haciendo el mismo show y recibiendo ambos días una abrumadora cantidad de aplausos. Los títeres demostraron no sólo que pueden poner en escena un espectáculo que recuerda a la mítica serie de televisión, sino que también el arrastre que tienen entre el público chileno. Sí, creo que ya lo dije, ...da igual. Treita y ún minutos no traía mucha parafernalia escénica, lo cual es simil con la serie, hubiera sido extraño pirotecnia o muchos juegos de luces. Lo primero que apareció fueron dos lienzos que decían TULIOPALOOZA, haciendo alusión al insansiable y monstruoso ego de don Tulio Triviño Trufillo, amante de las corbatas y de su propia existencia. Adelante en el primer plano, músicos de carne y hueso que interpretaban las canciones (duh); mientras ellos lo hacían, detrás estaban dispuestas unas cajas que tapaban hacia atrás para que los titiriteros pudieran mostrar sus personajes al mismo tiempo que la banda interpretaba la canción. Algo así como Gorillaz...pero pobre. Estaban los personajes en un punto del stage, y en otros los músicos reales.
Llegó la hora en cuestión, el público repletó el stage y la gente seguía llegando. Se leyó Tuliopalooza en la pantalla, un pequeño diálogo de Policarpo y Juan Carlos Bodoque, salen los músicos e inician una pequeña intro. He aquí el único momento que fue necesario que los músicos humanos hicieran algún tipo de esfuerzo por animar a la gente. La intro acaba, emerge de la fila de los títeres Patana, Tulio, Juan Carlos, Juanín, y otros íconos; comienza Ratoncitos, del 3er y último disco de la "Banda". Ya con el primer tema quedaron un par de cosas técnicas claras. Kidzpalooza (el stage donde estaban) no funcionó bien con los asistentes: habían empujones, muchos niños no entendían qué estaba sucediendo (eran espermios en época de 31 minutos), varios no veían, ni siquiera oían. El "wattaje" no era suficiente para la energía que desplegaba la audiencia.
Ratoncitos terminó entre aplausos y gritos, mientras las manos aun se golpeaban se escucha "Diente Blanco, no te vayas" (aunque pocos escucharon, la mayoría gritaba). No se si el grito generalizado que le siguió fue por la aparición de John Quijada o el inicio de la canción, como sea...el extásis fue absoluto. La balada fue coreada integramente y el Tuliopalooza "terminó" luego de ello. Aparece Tulio y Juan Carlos entre una serie de gritos y aplausos; inician un pequeño diálogo, sarcástico y ácido como en el programa, y se le da el paso a "la loca de la muñeca". Ahí se explicó implicítamente cómo funcionaría el show, luego de que el títere alusivo a la canción la "interpretara", Tulio y Bodoque y/o algún otro protagonista de la serie, presentaría al siguiente.

Otro de los highlights aplaudidos y coreados de principio a fin (con un leve alargue al final, ...producidos estos cabros) fue el "idiota" Juan Pablo Sopa. Otro detalle técnico: noté que esta fue una de las pocas ocasiones en que la voz del "vocalista" se ha mantenido intacta a través de los años, en varios de los temas o había diferencia de tono de voz (cosa que al final da igual) o el aire le faltaba al cantante (cosa que también daba igual porque todo el mundo coreaba). Los versos de Juan Pablo sonaban idénticos al disco, y todos coreando "¡¡COMO IDIOTA!!" y animando con las palmas. Nunca me he sacado un siete fue quizá uno de los puntos flacos. Al menos desde mi sector, no fue tan coreado y el público si bien no se veía ni aburrido ni con ganas de irse, obasionó menos a Michael Astudillo que a otros de los títeres, quizá fue una canción elegida porque la temática es directa a los más peques del festival. El momento de más desenfreno vino a continuación. Dos de los Latidos Latinos Urbanos Emergentes Hip Hop Hermano Brother, los LLUEHHB hacen una pequeña entradita con la canción "carrete carrete carrete" y un cameo de una de las notas verde de Juan Carlos Bodoque, en donde el conejo explica el peligro de los incendios forestales. Pocos segundos después del diálogo, las cinco notas más conocidas generan un grito en todo el mundo, palmas automáticas. El domingo me tocó estar algo más lejos del Kidzapalooza y cuando comenzaron las cinco notitas, el extásis fue el mismo. Bailan Sin César. Aquí lo mismo pero con árbol y mejor audio, notese el detalle de la guitarra en los arreglos de la canción.

Tulio entra en escena, siguiendo el consejo de ya no recuerdo qué colega, presentando a un artista invitado. Directo desde México, el señor mexicano. Sólo al llegar a mi casa me enteraría que el mexícano sí era mexicano. Nada más ni nada menos que el vocalista de Café Tacuba, que estaba muy emocionado por tocar junto a los títeres, cantando La Regla Primordial. "Gracias señor eeehh, ...mexicano" dice Tulio y un pequeño silencio incómodo prosigue. El silencio termina con la aparición del absoluto rockstar de 31 Minutos, Freddy Turbina al volante, con manubrio incluído y todo. Como otras canciones del primer disco, coreada por todos los que estaban en el concierto. Acá la capacidad bucal/pulmonar del vocalista humano comienza a fallar, probablemente de no haber sido 31 Minutos esto hubiera sido mucho más criticado, pero hubo un acuerdo entre todos de que...daba igual.

Otro interludio entre Tulio y Patana, y aparece otro ícono. Nada más ni nada menos que "el personaje favorito de los niños de 31 Minutos" y, por primera vez desde que tengo memoria, Tulio no lo echa diciéndole "váyase, a usted no lo conoce nadie". A falta de una canción buena, Guaripolo emerge de la nada, interpretando su Canción Mala. El momento íntimo del concierto, a manos de la canción de Guaripolo. Tanto él como su amigo sopapiglobo reciben todos los aplausos. Un pequeño interludio, emergen todos los personajes, Tulio, Patana, Mario Hugo, Juanín, Bodoque, Joe Pino y otros, y comienza Yo Nunca Vi Televisión. Poco que decir acá que no haya dicho antes y no quiero redundar en las mismas boludeces que ya dije. Todo ente mayor a doce años cantó. Sí, todos. Había un acuerdo implicito entre la audiencia y 31 Minutos, que al momento de sonar el opening se acabaría el concierto. Suele pasar con vocalistas de openings, pasa con Kouji Wada que siempre cierra con Butter-Fly (opening de Digimon) y Ricardo Silva que termina con la versión doblada de Chala-Head Chala. El Tuliopalooza daba por finalizado.

Y acá, ya algo falto de adjetivos y, porque este en particular le queda, ocurrió lo sublime del concierto. Los padres con los niños más pequeños se van a seguir disfrutando el festival, mientras el 80% sino más del público se acerca al escenario a pedir por más. Y más y más. Como si fuera un concierto de Queen el público está total y absolutamente entregado. Comienzan a sacar algunos micrófonos y los aplausos y gritos entre todos sólo aumentan. Finalmente, los músicos reaparecen, el público llegó al nirvana. El encore lo conformó Lala. Apareció Lolo, interpretando su canción, y en honestos gracias de los músicos (y productores de la serie) se retiraron y, de nuevo, cual monstruo de Festival de Viña, el público pide más de 31 Minutos. Reaparecen, ya sin más títeres en el repertorio. Bodoque y los humanos salen en escena para interpretar Me Cortaron Mal el Pelo y dar el cierre definitivo. El gusto a poco no salió en todo el día.

El Domingo, ya después de un rato de griterío salvaje, el productor del programa (cuyo nombre no recuerdo) aparece solo con su guitarra. Sin títeres, ni músicos acompañantes, sin pantalla con gráficos cool ni nada, desnudo ante la audiencia, le da un cierre que se siente como la más honesta gratitud a los asistentes, el apoyo y el extásis de los previos 45 minutos. Dinosaurio Anacleto cerró el concierto. Con dolor en el alma me lo perdí, ni idea que el 2º día tocarían algo más después de Me Cortaron Mal, el video en todo caso traspasa el sentimiento.


Ni el público, ni Perry, ni la productora, ni la gente en el Kidzapalooza, ni quizá los mismos músicos y productores habrán presagiado que esto pasaría. Subestimaron totalmente el éxito que tendría el show de títeres. ¿Qué lo pudo causar? El factor nostalgia es importante. El público objetivo de Lollapalooza tenía entre 7 y 15 años cuando 31 Minutos era mostrado en TVN, que era la edad a la que en teoría apuntaba la serie. Resultó que acá se mostró la tranversalidad que tuvo el show en su tiempo de emisión. Adultos bien adultos, adultos jóvenes y adolescentes. De partida sorprende que una serie hayase calado tan hondo en un grupo tan diverso; y luego si a cada uno le restamos entre ocho y diez años, sorprende que a ellos/nosotros haya marcado de tal manera que en tanto tiempo, tanta música, tanto BKN, Club de los Tigritos, Nickelodeon, EtcTV! y Fox Kids que pasó entre medio; con Foo Fighters, MGMT, Skrillex, Joan Jett, Cage The Elephant y varios otros nombres de remarcable peso, algunos tocando a la misma hora, se hayase preferido desbordantemente a 31 Minutos. Se calcula que entre 2500 y 3000 personas vieron el show cada día, ...si esa no es la definición de un show exitoso, no se qué sea.

En sus tierras, debe ser lo mismo que le pasa a Mario Castañeda, la persona que dobló a español latino a Gokú; cada vez que sale su voz en escena (ejemplo: Genkidama por la educación) el resultado es automático y explosivo. Acá, pasó algo similar. ¿Quién dijo que eran sólo títeres?


Saludos a Joe Pino y Kuky, realmente esperé que cantaran "Señora Interesante"